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-Alastair!.- grito la mujer.- ¿Que esto en tu cuello! HIJO QUIEN TE HIZO ESTO.

Meredith apenas acerco su mano a la zona de la mordida un gruñido amenzador por parte de Nahiara le detuvo. Ella le miro incrédula... esto era pasarse. Tal vez habían pasado dos semanas desde la época de celo... pero aun tenía los sentimientos a flor de piel.

-Tu hiciste esto?.- ella se encogió de hombros.- Lo marcaste! EL ES UN ALFA! EL DEBE MARCAR NO SER MARCADO!

-Yo soy una alfa. También puedo hacerlo.- levanto su cabeza con orgullo.

Alastair y Dennady intentaron no reírse ante la respuesta de la joven.

-¡Pero eso no te da derecho de hacerlo lo que hiciste!.- volvió a decir.

-Claro que me da el derecho!.- se estaba agotando su paciencia.- Soy una alfa! Tengo mis derecho como cualquiera de mi rango.

Los presentes se quedaron callados ante su respuesta. Nunca antes le habían visto así. Y sin duda era imponente como cualquier alfa. Alastair no intervenía ya que sabia que ella no podía liberar su propio ser en casi toda su vida... además de que un alfa al marcar a su pareja es más territorial y protector de lo normal. Pero ella estaba más sensible y territorial que antes -si es que lo ha estado alguna vez-. Ella quedo ida por un momento, mirando a la nada para luego irse rápidamente de allí... desapareciendo por el pasillo que llevaba a la biblioteca.

-Que le ocurre?.- pregunta Meredith.- Nunca la había visto de esa manera.

-Madre, deberías dejarla en paz... recuerda que ella no creció en un entorno sano y mucho menos agradable.

-Lo se, pero aun tengo mis dudas sobre esa niña.

-Tal vez es porque no la vez como la ven los demás.- expresa algo molesto.- El pueblo la ama, todos la quieren... la manada ha estado llena de vida desde que llego.

-Disculpa por lo que dije antes.- le dijo.- Es que aun no puedo aceptar que mi hijo mayor esta enlazado con alguien.

-No tienes que ser así. Eso es todo.- responde simple.- Ire a ver como esta...



























(...)

-Cállate...- puso sus manos a los lado de su cabeza, tomándola con fuerza, sollozando.- E-eso no es verdad.

-Claro que lo es. Acéptalo.- insistió Gaia gruñendo.

-No puedo Gaia, lo sabes... n-no ahora.

-Madre lo decidió así, no puedes cambiarlo. Debes decirle.- dijo seria.

-No le dire... no quiero que se ilusione, no quiero perderlo y perder a mi compañero en el proceso. Me odiara si le digo.

-Eso no es cierto, te amara... y también a el le amara.

-Aun no se si es el o ella... maldito perro.- dijo con odio.

Y la verdad era... que lobo y humano no tenían la mejor relación de todas. Tal vez ella estaba siendo más abierta en el sentido de liberar a su alfa... pero tenía miedo de ser rechazada y herida nuevamente. Su loba estaba deacuerdo en eso pero necesitaba que su humana sea fuerte.

-Se que es difícil pero tienes que aceptarlo.- insistió.- Yo lo acepte, ahora hazlo tu.

-Intentare.- finalizo.

Limpio sus lagrimas y tomo compostura. Debia ocultarlo. El aroma de Alastair la golpeo cuando este entro al lugar con rostro preocupado, había sentido el dolor y el miedo por aquel lazo sumamente fuerte que habían establecido ambos.

Silencio (pausada/cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora