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A paso regular se acercaba cada vez más y más a la manada. Llevaba su antifaz y la capucha colocada, tapandole el rostro completamente. El camino de grava fue reemplazado por piedra... los cascos del animal resonaban contra la piedra. El sol estaba en su punto más alto, había tardado mucho en llegar hasta allí. Se detuvo por un momento en la entrada, observando con cautela. No había nadie... así que entro sin más.

Las casas se veían mientras más se adentraba al lugar. Los habitantes observaban curiosos al caballo y su jinete. Había llegado a la plaza... pero los soldados se acercaron rápidamente.

-Identificate.- exigieron.

-No tengo porque hacer eso.- hablo fríamente.

-No lo repetiré nuevamente, identificate.

-A ti no debería importarte. Solo necesito hablar con el alfa.- expreso.

-Debes identificarte.

-No tengo nombre.- dijo quitándose la capucha.- Solo necesito hablar con el alfa... eso es todo.

Ellos sabían lo peligrosa que era ella, así que solamente le ordenaron bajar del caballo y que le siguiera. Al llegar a la entrada de la mansión uno de los soldados tomo las riendas de su caballo pero ella le jalo del brazo con fuerza.

-Algo le pasa a mi corcel, y te mato a ti primero.- amenazo y este asintió frenético para después soltarlo.

Entraron al lugar y simplemente le dijeron que esperara, ella acato la orden y se mantuvo firme en su lugar mientras llamaban al alfa... ella mantenía una seriedad amenazante y aura peligrosa que te advertía. El alfa apareció por las escaleras junto a su hijo y una enorme sonrisa llena de satisfacción.

-Pero miren que trajo el viento.- hablo fuerte... haciendo que el resto de la familia apareciera por mera curiosidad.- Parece que regresaste a nosotros...

Ella eligio no responder a eso. No desperdiciaria su tiempo en cosas como esas. Estaba hay por algo... y lo iba a conseguir.

-Así que... ¿porque estas aquí? ¿Porque extrañas las torturas? O porque extrañas la compañía de mi hijo?.- hablo burlón y tratando de indigar en las intenciones obvias de la joven.

-Mis intenciones aquí son de discusión privada... no publica.- expreso firme.

-Pero miren! El gato tiene lengua! No te dije que hablaras...

El estaba por golpearla cuando ella lo esquivo se golpe y hablo firme.

-Llegas a tocarme sin mi consentimiento y te descuartizare en cuestión de segundos.- escupió como veneno mismo. Haciendo que el alfa se riera.

-Así que al final el débil lobo tiene colmillos. ¿Porque no vamos a mi despacho para hablar mejor?.- ella solo le siguio.

No queria problemas... solo ayuda... ayuda para salvar a su familia. El hijo de aquel Alfa cerro la puerta y tomo asiento, ella solo se quedo de pie. Le ofreció algo de tomar pero ella se negó... se mantenía firme.

-Y... que te trae por aquí? Pensé que estabas feliz con tu mate y que... no lo se... intentar un atentado contra mi o...

-Estoy aquí por un simple favor... nada más... y si te rehusas serán dos días a caballo malgastados.- el Alfa se rio al igual que su hijo.

-Y tu que autoridad tienes sobre mi para amenazarme? Ah?!.

-La misma que tiene cualquier alfa de fuerza superior sobre ti.- sonrió de lado gustosa.

-Eres una zorra ¿lo sabias?.- habla su hijo acercándose a ella.

-Eso lo se.- acepto.- Pero aun así tengo poder sobre ustedes... y tengo algo que podría gustarles.

El alfa hizo un gesto para que toma para asiento y ella acepto, sentándose frente al escritorio del alfa. El hijo del mismo estaba sentado en la silla a su lado, observando curioso... aun amaba a esa mujer de pelo plateado.

-Y que tienes para ofrecernos?.

-Se que te gusta ser parte de las guerras sean duraderas o no...- comento.- El Alfa del Este... mando mercenarios para matarme y así tener una ruta más fácil hasta el mandato de la manada. Durante años se ha sabido que al matar a una luna... el Alfa se vuelve más débil y es más fácil de vencer. Pero, el Alfa del Este no quiere el liderazgo... quiere destruir la manada.

-Y tu como sabes todo esto?.- indago Erick.

-Eso no es de tu incumbencia...- dijo cortante.- Mi pareja debe pensar que estoy muerta... y si se mantiene así, podremos atacar con éxito.

-¿Podremos? Como que podremos?.

-Ha eso he venido... a ofrecer una tregua... ustedes me ayudan y yo les aseguro sangre.

-Me parece justo...- Erick miro a su padre.- Nos esta ofreciendo lo justo...

-He oido que ustedes... los bendecidos... son capaces de curar cualquier defecto.- dijo Valdanset curioso.- ¿Puedes hacer eso?

Ella asintio. Padre e hijo intercambiaron miradas.

-Mi hija... Maritza... encontró a su mate pocos días después de que tu... te fueras.- dijo cauteloso.- Han intentado tener cachorros pero... nos dijeron que es infértil... ¿crees poder ayudarnos?.

-La infertilidad... es algo con lo que una como mujer nace, pero aun así puedo ayudar...- El Alfa sonrió ¿feliz? Eso es lo que ella vio en sus ojos.- Solo dire, que ella tendrá bendecidos, eso solo sera posible si la Diosa quiere.

Ella se levanto de su silla para poder terminar aquella conversación pero se le avalanzaron encima... Erick le estaba abrazando mientras sollozaba levemente.

-G-gracias... por hacer esto por nosotros aunque te hicimos daño.

-No tengo razones para guardar rencor contra ustedes.- dijo ella acariciando su cabello.

El Alfa se levanto y estiro su mano. Erick se aparto y ella limpio sus lagrimas... el lo necesitaba.

-Tu nos ayudaras a nuestra familia, nos ayudaras con el entrenamiento de nuestros soldados... a cambio... te ayudaremos a defender a tu manada.- dijo Valdanset confirmando.

-Antes de hacer un trato entre alfas... tengo algo más que pedir.- dijo ella.

-Que es lo que necesitas. Si necesitas dinero podemos dártelo...

-No necesito dinero. Solo necesito que me dejen quedarme con ustedes, bajo este techo... hasta que mi cachorro nazca.- soltó sin más.

Entre alfas se miraron. Ellos sabían que eran rumores pero no sabían que de verdad era cierto.

-E-esta bien.- acepto el Alfa.- Es un trato.

Ella tomo la mano del Alfa, sellando el trato.

-Es un trato.- afirmo, el alfa quería soltar su mano pero ella se aferro a ella con fuerza.- Si llegas incumplir con este trato entre alfas... la ira de la Diosa Luna se vendra contra ti.




























































"Tratos se sellan al igual que amenazas... las estrellas generosas también pueden cambiar al hombre más cruel"




























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Silencio (pausada/cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora