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Lobos corrían de un lado al otro. La sangre se mezclaba con la tierra y la muerte acechaba a cada centímetro de aquella llanura que se convirtio en un campo de batalla sumamente salvaje. El Alfa, su hijo y varios soldados mas la joven peliplateada yacían lejos de la batalla, presentes pero a una distancia prudente veían a todos masacrarse unos a otros... el grupos de manadas contrario les superaban en numero, eran dos manadas principales y la del Alfa de Alfas de la región... eran superados en números.

El Alfa miraba todo con frustración, sabia que perderían... pero el nunca perdía.

-Silencio!.- llamo.- Haz lo tuyo... masacralos.- ella asintió y bajo de su caballo.- Ahora, hijo... veras lo que tu ex-pareja es capaz de hacenos a todos.

La joven se acerco a la cornisa de aquella enorme roca en la que estaban presenciando todo. El olor a muerte inundaba el aire y el cielo se nublaba cada vez mas. Suspiro profundamente, nunca había utilizado su don para hacer aquello de manera masiva... pero sabia que seria facil.

Entonando una melodía suave pero fuerte a la vez, sus ojos destellaron con fuerza con el color plateado de los ojos de su loba. Ella había despertado... despertó por cierta presencia que su humana ignoro. La dulce pero mortal y agresiva melodía llego a los oidos de todos, captando su atención.

Thánatos~ (muerte).- fue lo que dijo mientras cantaba en la antigua lengua.

Los gritos de agonía llenaron el aire... cuerpo desmembrados salían disparados por una fuerza invisible, sangrando a borbotones y dejando una escena sumamente explicita para cualquiera. Algunos morían rápido y otros de manera lentamente torturosa. Erick estaba pasmado, nunca había visto tal poder destructivo... estaba matando a un ejercito entero sin necesidad de pisar el terreno o acercarse.

Entre las personas que agonizaban, estaba alguien que el Alfa estaba buscando desesperadamente... el líder de aquel ejercito, el Alfa de Alfas de la región y quizas el mas fuerte de todo el continente. Los gritos cesaron pero -aparte de aquel Alfa- quedaban varios en pie. Ella hacia todo lo posible para derrumbarlos pero nada pasaban, el padre de Erick bajo de su caballo y tomo sus hombros con fuerza.

-¡Matalos!.- grito con fuerza.- ES UNA ORDEN!.

Ella asintió repetidas veces, en su interior estaba aterrada por el hecho de que existieran personas que eran lo suficientemente fuertes para ahuyentar el canto de su cabeza. La joven peliplateada corrio en dirección de aquellas personas a una velocidad superior a la de un lobo común... el Alfa que estaba en medio del campo de batalla observaba como uno a uno sus compañeros de batalla caían como las hojas en otoño, todos con muertes rápidas para evitar su sufrimiento. Se aproximaba hacia el... el amo de la joven podía ver la victoria pero no fue así... fue todo lo contrario.

El filo de la daga se poso en el cuello de aquel hombre, el viento estaba en dirección contraria a el... la joven platinada no hundió el filo en su cuello, su cuerpo se había inmovilizado pero ¿porque?. El viento se detumbo abruptamente, y el adictivo olor ataco al hombre. Roble, sandalo y lavanda con un leve rastro se coco era aquel adictivo aroma que atrapo al hombre... la joven que tenia puesta la daga en su cuello era la dueña de tal aroma, no podía verle el rostro debido a lo que tenia puesto pero si podía ver las lagrimas deslizarse por sus pálidas mejillas y marcados pómulos. Su mano se poso en su rostro, borrando el camino que dejaba aquellas perlas blancas... pero estas volvieron a caer.

-Mia...- fue lo que dijo aquel hombre de voz aterciopelada y gruesa.- Te encontré...

No recibió ninguna respuesta mas que gruesas lagrimas. Por un momento pensó que esa muda pero no fue asi hasta que hablo con voz rasposa y cabizbaja.

-Perdoneme por lo que haré, amo.- dijo en un susurro que el Alfa logro escuchar, enfadandolo de sobremanera.

Ella soltó la daga y esta callo al barro hecho por la sangre. El Alfa corrio en su direccion pero fue interceptado por un lobo negro con mirada plateada imponente, este tenia un aura de poder y intimidacion mucho mayor que el Alfa que -en esos momento- estaba dispuesto a matar a aquel hombre... pero solo logro el tener miedo de la persona que tenia enfrente.

-¡ELLA ES MIA!.- dijo en su mente mientras gruñia amenazante.- LARGATE AQUI ANTES DE QUE TE MATE VALDANSET!.

El susodicho se retiro con la promesa de que volvería por lo que le pertenecía pero no sin antes dar una advertencia sumamente clara. Una daga termino en el estomago de la joven peliplateada cuando en un certero lanzamiento, logro darle.

El lobo negro volvió a su forma humana, con sus ropas rasguñadas la tomo en brazos preocupado de que muera. La sangre se acumuló en su boca para luego salir por la comisura de su labio en forma de un fino hilo.

-No, no, no, no... no te mueras... ¡NO! No ahora que te encontre...- sollozo y los ojos de la mujer se cerrando haciendo que callera en la oscuridad.- ¡NO!.

































"Hombre y mujer, destinados a amarse, caminos se rompen al igual que promesas humeantes"














Im a bad guy... dah~

Nos leemos

Silencio (pausada/cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora