La familia del Alfa yacía sentada en el comedor principal, quienes distrutaban de una cena deliciosa preparada por la servidumbre. La manada que dirigía el Alfa era relativamente pequeña en comparación a las otras, pero lo que perdían en números lo compensaban en fuerza y ferocidad de sus soldados... tanto hombre como mujeres eran soldados entrenados. Solo los ancianos no luchaban he incluso a los niños de seis años se les enseña el arte de la guerra.
La familia del Alfa contaba con su esposa y tres hijos ya mayores de edad y con lobos propios, pero ninguno se queria ir de su hogar ya que querían apoyar a su padre en las guerras. Eran dos hembras y un varón... siendo la mayor una fiera en el combate, la de en medio era tanto sigilosa como escurridiza y rápida, y el menor era uno de los mejores hackers entre las manadas -tomando en cuenta que en dichas comunidades la tecnología es tal que todo es digitalizado he incluso mucho mas superior que la raza humana-.
La joven quien era conocida entre los guardias como Silencio -por su eterno voto y la obediencia hacia su alfa-, estaba sentada al lado de la hija mayor del Alfa, comiendo en total silencio y escuchando atentamente a su alrededor. La esposa no dejaba de mirar indiscretamente a la joven platinada ya que era muy extraño verla allí después de haber sido "adoptada" hace unos años atrás... ahora parecía otra persona a aquella niña de hermosa sonrisa y ojos eclipsantes que creció bajo su techo.
Toda la felicidad desapareció de aquellos hermosos y extraños ojos, su piel era mucho mas blanca que antes y se notaban -si mirabas con detenimiento- cicatrices finas en sus antebrazos y cuello.
-Karen.- le llamo por el nombre otorgado por ella.- Karen.
Volvió a llamar pero no obtuvo respuesta alguna, solo un desconcierto. Porque esa joven que tenia enfrente no era aquella niña habladora de antes.
El Alfa se percato de ese intento de comunicación he intervino ante el constante llamado.
-Silencio.- le llamo y ella respondió en seguida parándose a su lado con la cabeza gacha y sumisa.
No quería volver a las torturas.
-Porque le llamas así?.- ella estaba confusa con aquella reacción por parte de la joven.- Y porque reacciono así?.
Sus tres hijos estuvieron atentos a cada movimiento y acción. Ellos tambien estaban confundidos ya que la niña que vieron crecer actuó de manera extraña y sumisa... todo lo contrario al comportamiento digno de un alfa que presentaba en su niñez... ahora parecía un omega muy sumiso.
-Silencio...- repitió su apodo.- Mi esposa pregunto por ti pero creo que dijo mas tu nombre ¿no?.
Ella asintió seria he inexpresiva.
-Robaron su carisma y sonrisa- pensó la inocente mujer.
-Quieres decir algo al respecto?.- ella empezó a comunicarse por medio de señas ya que no tuvo la orden de hablar.
-Cariño, ¿porque usa lenguaje de señas?.- volvio a replicar.
-Ella dice que lamenta no haberte respondido pero ella ya no responde a ese nombre ni a ninguno otro.- aclaro.
-Y porque responde a Silencio?.- indaga.
-Es su apodo entre los soldados principales de la manada.- aclaro.
La joven se sentía agobiada con tantas miradas y preguntas que no fueran por parte de las tropas. Algo se empezó a remover inquietante en su interior.
-Como que entre los soldados?! Que tiene que ver ella con ellos?!.- exclamó. La Luna Teresa se estaba alterando de mas.
El Alfa miro a la joven sin nombre buscando que hacer contra el ataque de preguntas de su esposa. Sabia que aquel día tenia que llegar y que no seria muy buena la reacción de su familia ya que literalmente vieron a la niña crecer, pero nunca tuvieron presente el don que aquella portaba.
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Silencio (pausada/cancelada)
Hombres Lobo《Su voz era encantadora, su voz era capaz de formar caos en segundos, su voz era hechizante, su voz... era la muerte misma》 (Esta historia se dejo de actualizar debido a deseos de avanzar por parte de la autora, gracias por su comprension).