A mi cuenta

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Luego de unos minutos de buena charla con Víctor, descubrí que era una persona agradable y las risas eran inevitables con él.

--Creo que ya bebí unas copas de más...-dije viendo mi copa vacía.

--Creo que sí-sonrió y se levantó del asiento-fue un gusto conocerte, ____, espero volver a verte.

--Eso espero...-dije sabiendo que eso era probablemente imposible.

--Chico-dijo dirigiéndose al barman-agrega los tragos de esta chica a mi cuenta-me sorprendí por su gesto y le sonreí.

--Muchas gracias-le dije.

--Hasta luego-y vi cómo el peliplateado se alejó con elegancia del bar.

Pasajeros del vuelo 612 en dirección a Tokio, Japón, estamos próximos a aterrizar, por favor, abrochen sus cinturones de seguridad.

Con pesar en las piernas gracias al alcohol, me dirigí a mi asiento pensando en aquellos ojos azules. Ya no escuchaba a los niños, no sentía turbulencias, tampoco sentí la presión del avión al aterrizar, solo pensaba en él.

A la semana siguiente...

Llegué a un acuerdo con Yuri, que iría a verlo competir en la final del Grand Prix Final, lo cual, no era problema. Podría ver a mis nuevos amigos, además de mi hermano, el cual extrañaba bastante.

Esperaba en el aeropuerto a que anunciaran mi vuelo, cuando decidí ir al baño. Había mucha gente, todos chocaban entre sí sin darle importancia. Todos los roces eran así, sin relevancia, hasta que volví a sentir ese sentimiento recorrer mi cuerpo, y un par de palabras se me vinieron a la mente.

El destello platinado...miré a mi alrededor, buscando a aquella persona y todo fue un fracaso, se había perdido entre la multitud. Solo pude soltar un suspiro y seguir caminando al baño.

Pasajeros del vuelo 515 en dirección a Barceloma, España, abordar el avión por la puerta número 5, por su atención, muchas gracias.

Perfecto, pensé mientras me dirigía a la gran puerta número 5. Es la segunda vez que me subo estresada a un avión.

Con ese pensamiento en mente y el avión ya en el aire, me dirigí al bar.

--Lo siento Señorita, este bar es solo para primera clase-dijo el guardia tapando la entrada.

--Pero...-suspiré-¿No hay bar para clase turista?

--Solo para primera clase-una persona detrás de él lo interrumpió.

--Ella es mi invitada, déjala entrar.

--Por supuesto, Señor Nikiforov, lo siento, Señorita-se hizo a un lado para que pudiera pasar

--Qué casualidad volver a verte aquí-dijo moviendo una silla para sentarse, sosteniendo una copa de vino entre sus dedos.

--Víctor-lo miré sorprendida de volverlo a encontrar, en el mismo lugar-qué casualidad-dije sentandome y poniendo una pierna sobre la otra-¿Esperas cobrarme los martinis del otro día?.

--No sería lo correcto-me sonrió y miró al chico que atendía la barra-a ella dale un martini doble con hielo, por favor-me miró-te ves estresada nuevamente-le sonreí.

Destello Platinado ~Víctor Nikiforov y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora