Esperarte

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Yo había quedado sin palabras, él fue el primero en hablar luego de varios segundos de silencio.

--_...____-dijo entrecortado, me sonrió nervioso-¿Cómo estás?-antes de responderle, debí sentarme para no caerme al suelo.

--Bien...-seguía sin creer que esto estuviera pasando-¿Y tú?.

--Excelente-miró al chico del bar-¿Quieres beber algo?- asentí con la cabeza-deme una copa de vino, a la señorita un martini doble con hielo-su tono de voz volvió a ser el de siempre, me relajé un poco.

Él miraba cómo el chico del bar servía los tragos, mientras tanto yo lo miraba a él. Se le notaba cansado, su rostro era igual que siempre, menos por unas ojeras debajo de sus ojos. Mi vista se dirigió a sus labios y recordé aquel día que pude probarlos, sentí cómo mis mejillas comenzaron a arder. Miré al chico de la barra para alejar mis pensamientos, segundos después me pasó mi trago.

Comenzamos a beber en silencio, pensando qué decir sin arruinarlo todo.

--Y...¿Qué has hecho en estos meses?-nuevamente él comenzó la conversación, dirigí mi vista a él que también me estaba mirando, en su boca se dibujó una sonrisa.

--Viajar, lo de siempre...-miraba mi trago mientras daba vueltas en la copa-¿Y tú, qué harás en Londres?-al mirarlo, noté que se alarmó un poco, pero su semblante volvió a ser tranquilo.

--Me tomé unas vacaciones, creí que Londres sería un buen lugar para descansar-bebió de su copa, con la elegancia de siempre.

--Todos dicen lo mismo-di un sorbo.

--¿Por qué elegiste Londres?-dijo perdido en el vino.

--Creo que es uno de los pocos lugares que me faltaban por visitar-él levantó su vista hacia mi.

--¿Y qué planeas hacer cuando hayas recorrido todo el mundo?-mi mano instintivamente apretó la copa, la pregunta me había tomado por sorpresa.

--No lo sé...-bebí lo poco que me quedaba del martini y me puse de pie-fue un gusto verte, Víctor, tengo que irme.

--No, espera...-no sé en qué momento se puso de pie, ni en qué momento agarró mi mano y me volteó, pero lo tenía a pocos centímetros de mi rostro, mi vista rápidamente viajó a sus labios y volvió a sus ojos.

--Víctor...-dije nerviosa, él se alejó un poco sin soltar mi mano, me sentí más tranquila.

--Me gustaría...-dijo nervioso-me gustaría saber en qué hotel te hospedarás-soltó mi mano-podríamos salir juntos uno de estos días-me sonrió.

--Cla...claro-busqué en mi celular el nombre del hotel, que ya lo había olvidado después de esto.

--Gracias-dijo anotando.

--Espero...-agaché la vista-espero verte pronto-me di la vuelta para dirigirme a mi asiento.

No estaba escapando, esta vez no lo quería hacer, al menos por los días que me quede aquí quería estar con él.

En mi asiento, me puse a mirar las nubes y la sonrisa en mi rostro era inevitable, sentía cosquillas en el estómago y una presión en el pecho diferente a las otras. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía feliz.

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Me quedé en el bar, pedí otro trago y me perdí nuevamente en mis pensamientos. La había encontrado y ahora no sabía qué hacer, sé el hotel en el que se hospedará, eso era una ventaja, pero aún así tenía que pensar en alguna estrategia. Al menos por ahora, ella no sabe que la busqué durante estos dos meses. Suspiré.

No sabes cuánto te extrañé.

                          ~~~~~~~~

El avión había aterrizado en Londres, mis piernas, por alguna razón, no se querían mover del asiento. Como pude bajé y busqué mis maletas, no vi a Víctor en ese proceso, suspiré de alivio.

Quería verlo y estar con él, pero me sentía muy nerviosa, parecía una niña enamorada y no podía hacer nada al respecto. Sin embargo, era un sentimiento lindo. Sentí cómo mis mejillas ardían un poco, sonreí.

Te extrañé mucho...suspiré.

Salí del aeropuerto para dirigirme al hotel en el cual me hospedaría por un par de días, era bonito, tenía una cafetería pública y, sobre ella, las habitaciones. Luego de confirmar mi reservación, fui a ordenar lo que traía en mis maletas.

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Al buscar un hotel, decidí que debía ser uno cerca del suyo, tampoco quería hostigarla estando en el mismo lugar, conociéndola, se sentiría ahogada. El hotel estaba a una cuadra del de ella, era bastante económico y elegante, típico de Londres.

Luego de reservar la habitación, subí a descansar, pero mi reposo se vio interrumpido por una llamada telefónica.

--¿Hola?-dije cubriendo mis ojos con una mano, tenía sueño.

--Viejo, ¿Cómo te fue?-me desperté al escuchar su voz

--Ah, Yurio, eres tú-me senté en la cama-tengo buenas y malas noticias.

--Escúpelas luego.

--La buena es que la encontré-al decir eso, mi cuerpo entero sintió una pequeña corriente eléctrica.

--Eso es buenísimo, ¿Y lo malo?.

--No sé qué hacer-me imaginé cómo con su mano golpeaba su frente al escuchar tal estupidez, sin embargo, era la verdad.

--Eres un imbecil, ¿Lo sabías?-reí-lo que vayas a hacer de ahora en adelante dependerá de ti, no te puedo ayudar con eso, ahora debo colgar, Yakov me está llamando.

--Suerte-colgó la llamada y me volví a desplomar en la cama mientras suspiraba agotado.

¿Qué debo hacer para no arruinarlo?.

                          ~~~~~~~~

Miraba Londres a través de mi ventana, teniendo a Polar en mis piernas. Al mirar a aquel oso, recordaba ese día como si hubiera sido ayer, habían pasado muchos meses ya pero el recuerdo seguía intacto en mi cabeza, y las mariposas en el estómago igual.

Revisé mi celular, esperaba tener un mensaje de él a pesar de nunca haberle dado mi número, suspiré.

Qué idiota...

A la mañana siguiente...

Me levanté temprano para salir a disfrutar de las maravillas de la ciudad, me duché y escogí ropa que me abrigara para andar tranquila por los parques.

Bajé a la cafetería, buscaba una mesa vacía cuando escuché mi nombre siendo pronunciado por una voz angélical.

--¡____, por acá!-al voltear, pude verlo a él en una mesa para dos llena de exquisitos alimentos, tomando un café.

--¿Vi...Víctor?-dije sorprendida-¿Qué haces aquí?.

--Invitarte el desayuno-señaló la mesa con una sonrisa.

Instintivamente, mis mejillas se pusieron rojas y mi mano se dirigió a mi vientre para calmar el aleteo de aquellas mariposas. Agaché la mirada y sonreí.

Es lindo no tener que esperarte, Víctor...

Destello Platinado ~Víctor Nikiforov y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora