Tiempo

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5 meses después...

La gente dice que tomar un café en una cafetería en New York en primavera era lo mejor que había, sin embargo, todo se veía apagado para mí desde que me fui de Barcelona. El café no tenía sabor y los colores primaverales de la ciudad no los podía apreciar como se debe, y todo había empeorado por ese maldito periódico.

"Víctor Nikiforov declaró volver al mundo del patinaje después de que finalice esta temporada ¿Ganará la medalla de oro en la siguiente competencia?."

Ese encabezado me había traído de vuelta a la realidad, lo que había querido evitar por 5 meses se presentaba ante mis ojos en un papel. Decidí botar aquel períodico y beber mi café tranquilamente.

¿Qué estarás haciendo, Víctor?.

~~~~~~~~

--Yuri, ese salto necesita más velocidad-dije viendo al japonés practicar su programa corto, al intentarlo nuevamente, le salió perfecto, sonreí.

Había vuelto a Japón hace 3 meses, desde ese entonces he entrenado a Yuri para esta temporada.

--¿Cómo estuvo, Víctor?-dijo saliendo de la pista con una sonrisa.

--Excelente-le sonreí-solo tienes que trabajar en los cuádruples-él asintió con la cabeza-ahora, descansa unos minutos, yo entraré ahora.

Mi retorno no sería hasta el próximo Grand Prix, pero ya tenía listo mi programa corto, con el tiempo tendría el libre. El programa tenía 4 cuádruples, dos de ellos estaban en un salto combinado, esta coreografía está hecha para ganar.

Y, obviamente, cada paso, salto y combinación estaba pensado en ella, que era lo que me impulsaba a seguir compitiendo además de la determinación de Yuri con seguir patinando. Al terminar, salí del hielo, donde el pelinegro estaba hablando por teléfono.

--Yuri, ya terminé.

--Está bien, debo volver a practicar, por favor, piénsalo-cortó la llamada, decidí no preguntar con quién hablaba.

~~~~~~~~

Había terminado de beber mi café y decidí caminar, mi celular comenzó a sonar. Cuando vi el nombre de Yuri, sonreí con pesar.

--Buenos días, Yuri.

--Ya es de noche-rió-¿Dónde estás para que sea tan temprano?.

--En New York.

--¿Qué?-dijo sorprendido-¿Cómo es? ¿Es tan hermoso como dicen?-miré a mi alrededor, imaginándome aquellos colores que no podía ver desde hace meses.

--Sí...-dije mintiendo, para mí, era como otra ciudad más-es bellísima.

--Wow-podía imaginar su cara de ilusión y cómo sus ojos estarían brillando, sonreí.

--Un día vendremos los dos juntos, ¿Te parece?.

--¡Por supuesto!-se podía escuchar emoción en cada eco de sus palabras-oye, ____-escuché nerviosismo en su voz.

--¿Sí?-dije mirando hacia ambos lados antes de cruzar la calle.

--¿Sabes? En una semana se celebrará el Día verde, habrá un festival con fuegos artificiales, comida exquisita y...quería que vinieras-luego de escuchar eso, sentí una presión en el pecho.

--Yuri, yo...-me interrumpió.

--Sé que dirás que no, pero has rechazado mis propuestas más de una vez.

--Vamos, Yuri, no han sido tantas.

--Me negaste en Navidad, Año nuevo, Día de San Valentín y Semana Santa-pude imaginar su rostro serio en este momento.

--Bueno...-me callé.

--Han pasado 5 meses, ____, quiero verte, también invité a Yurio-suspiró.

--Yo...-una voz en la otra línea me interrumpió.

--Yuri, ya terminé-al escuchar su voz después de muchos meses, mi piel se erizó de pies a cabeza, seguía siendo igual de aterciopelada.

--Está bien, debo volver a practicar, por favor, piénsalo-colgó la llamada, guardé mi celular y suspiré.

¿Será que puedo estar con él en el mismo hotel sin ocasionar problemas?

Al llegar al hotel, me senté frente a la ventana para mirar la ciudad, abrazando aquel oso de peluche que Víctor había ganado para mí, el cual apodé Polar.

Tenía ganas de ir, quería ver a Yuri y Yurio, pero no podía negar que algo en mi quería verlo a él también. Me estaría arriesgando a hacerle nuevamente daño a mi amigo, algo que no quería.
Lo consulté con Sara, lo consulté Yurio, ambos eran mis íntimos amigos, al igual que Yuri, pero ellos sabían de mi situación con Víctor.

"No pierdas la oportunidad de ser feliz con solo verlo, ____" dijo Sara.

"Ese maldito cerdo no se dará cuenta de nada, ve tranquila, enana" dijo Yurio.

¿Qué debo hacer?...

Una semana después...

Luego de meditarlo por varios días, decidí ir a Japón por una semana, estando ahí decidiría mi próximo destino. Iba de sorpresa, nunca le di a Yuri una respuesta y él no insistió, supongo que pensó que no iría.

Sentía que el tiempo en el avión era muy lento, cada minuto era una eternidad. No sabía si estaba ansiosa o nerviosa por llegar, tal vez era ambas.

Cuando el avión anunció su aterrizaje, mis piernas comenzaron a sentirse débiles, ajusté mi cinturón de seguridad como pude, ya que mis manos también temblaban.

Minutos después, pude echarle un vistazo a la ciudad, la cual era muy hermosa, pero aún apagada para mí. Los cerezos estaban florecidos, eran unos árboles que iban acorde con la ciudad. Recordaba el nombre del hotel, así que se lo dije al taxista cuando me subí a su auto, sin embargo, preferí que me dejara una cuadra antes.

Al bajar, caminé lentamente, preguntándome si lo que estaba haciendo era lo correcto, aún podía arrepentirme. De lejos, pude ver aquel hotel de aguas termales, en el cual trabajaban los padres de Yuri con su hermana, me detuve en la entrada.

Era un lugar grande, se veía acogedor y estaba rodeado de cerezos. Pensé en las posibilidades de que todo esto saliera mal, suspiré al saber que son bastante altas.

Comencé a avanzar cuando mis piernas ya tenían la fuerza suficiente y mis manos dejaron de tiritar, giré la manilla para abrir la puerta, cuando un lindo perro se me tiró encima. Su pelaje era café y era de gran tamaño, sonreí al tener un perro entre mis manos nuevamente, habían pasado años.

--Hola, precioso, ¿Cómo estás?-comencé a hacerle cariño en la cabeza-¿Dónde está tu dueño?.

--Makkachin, ¿Cuántas veces te he dicho que no salgas sin compañía?.

Y volví sentir cómo mi cuerpo vibraba con su voz.

Cuanto tiempo, Víctor...

Destello Platinado ~Víctor Nikiforov y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora