Destello Platinado ~Víctor Nikiforov y tú~

Vida

Tomé asiento frente a él, en la mesa había dulces, tostadas, café y huevos. Todo se veía muy delicioso.

--Espero te guste-él seguía con una linda sonrisa en su rostro, asentí con la cabeza mientras mis mejillas ardían, tomé la taza de café y le di un sorbo-quise venir a buscarte para pasar el día juntos-él estaba mirando a través de la ventana que tenía a su lado-espero no te moleste-volvió a dirigir su vista a mi.

--Claro que no...-tomé una tostada-gracias, por el desayuno-asintió con la cabeza y le sonreí-hace mucho tiempo no comía con alguien-agaché la mirada.

--¿De verdad?-asentí-ya debes estar acostumbrada.

--La verdad...-mi vista se perdió en el café-a pesar de que sean casi 4 años, no me acostumbro a la soledad-suspiré-pero prefiero eso a estar rodeada de gente-él rió.

--¿Cómo has podido estar tanto tiempo sola?-tenía su cabeza apoyada en su puño, sin dejar de mirarme.

--Bueno...-suspiré-cuesta acostumbrarse, pero después te adaptas. Ya no esperas que alguien te espere en el hotel o que te den algún regalo para tu cumpleaños, mucho menos que alguien te invite el desayuno-reí con tristeza-pero...es algo agradable-lo miré y le sonreí-es mejor estar libre que sentir alguna atadura-dije dándole otro sorbo a mi café.

--¿Atadura?-di un pequeño salto al notar que hablé demás.

--No es nada, olvídalo-dije moviendo mi mano para restarle importancia.

Seguimos conversando de diversas cosas, evitando tocar nuestro tema. Cuando terminamos, Víctor pagó la cuenta y salimos a caminar.

--Y bueno, ¿Qué haremos?-lo miré sorprendida, en verdad quería pasar el día conmigo.

--Mmm...-miré hacia el frente-no tengo nada planeado.

--¿Te parece caminar hasta encontrar algo divertido?-asentí con la cabeza.

Por nuestros caminos se cruzaron diferentes tiendas y parques, además de muchas vistas que eran hermosas. Un hombre mayor que nosotros se nos acercó.

--Buenos días chicos, ¿Ustedes están de paseo?-ambos asentimos con la cabeza-¿Les gustaría hacer un recorrido en autobús?-ambos nos miramos, él me sonrió y le respondió.

--Deme 2 boletos, por favor.

Luego de que el hombre nos explicara el recorrido y de haber comprado boletos de 48 horas, esperamos el autobús. Decidimos sentarnos en el segundo piso, al aire libre, para ver todas las hermosuras del lugar.

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Ella tomaba diversas fotografías, de repente su cámara me enfocaba a mí, se justificaba diciendo que era para el recuerdo, yo solo reía.

Podía ver en su rostro que estaba feliz, curiosamente era así, y yo lo estaba aún más. Extrañaba su compañía y esta era la primera vez que estábamos completamente solos, sin nadie conocido cerca que nos lo impidiera. Quería ver esa sonrisa el resto de mi vida.

--Oye, Víctor, bajemonos aquí-dijo sacándome de mi trance, asentí con la cabeza y bajé yo primero para extenderle la mano cuando ella bajara, la recibió con una sonrisa y le respondí de la misma forma.

En ese momento, dudé si debía soltar su mano, quería sentir el calor de ella abrigando mi mano, pero aún era algo precipitado. Estábamos en un lindo barrio, era agradable caminar por ahí. Había diversos comerciantes, una mujer se acercó a nosotros con una canasta, donde traía rosas.

--¿Una rosa para la linda chica?-la miré y ella estaba algo sonrojada, sonreí.

--¿Cuánto cuesta?-me dirigí a ella, le pagué lo que me indicó.

--Muchas gracias, espero que a su novia le guste-miré a ____ y estaba más roja.

--Nosotros no...-dijo nerviosa y la interrumpí.

--Le encantará, adiós-tomé la mano de ____, le sonreí a la señora y nos fuimos de ahí.

--¿Por qué hiciste eso?-podía sentir que estaba nerviosa, me reí-está mal mentirle a la gente.

--Fue una pequeña mentira-dejé de caminar cuando soltó mi mano, volteé y se le veía algo enojada mirando hacia el suelo-oye, tranquila-levanté su mentón-¿No vas a aceptar la rosa?-dije poniendo la flor en el espacio que quedaba entre nuestros rostros.

--Cla...claro que sí-la tomó y se alejó unos centímetros, nerviosa-muchas gracias, es muy bonita.

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Mientras caminábamos tocaba delicadamente los pétalos de la flor, no sabía cómo sentirme al respecto. Estaba completamente feliz y quería que esto durara para siempre, pero en unos cuantos días cada uno volvería a su rutina. Solté un suspiro pesado.

--Víctor...-él se detuvo y volteó, yo me quedé mirando la rosa-¿Qué pasará cuando cada uno siga su camino?-él suspiró al igual que yo hace unos segundos.

--No pensemos en eso aún-levanté la mirada él tenía una sonrisa en su rostro-disfrutemos juntos el tiempo que podamos-extendió su mano y la tomé, sintiendo cómo ardían un poco mis mejillas-ven, quiero hacer el recorrido en barco por el río.

Era la primera vez que hablábamos del tema, era bueno saber que ambos eramos conscientes de la situación en la que estábamos. A pesar de ello, tratábamos de disfrutar y no hablar de eso.

Víctor mostró nuestros boletos al guardia que cuidaba la entrada del barco, nos dejaron entrar y buscamos un buen lugar para poder admirar el paisaje. Mi vista trataba de concentrarse en lo que tenía a mi alrededor, pero no podía dejar de observar la obra de arte que tenía al lado mío.

--No es que me moleste, pero si no dejas de mirarme me gastaré-me sobresalté al escuchar sus palabras, mis mejillas ardían horrible y él comenzó a reír.

--No...no te estaba mirando-dije dirigiendo mi vista hacia otro lado-solo miraba lo que había al otro lado.

--Claro-seguía riendo y su risa terminó en un suspiro, su vista se clavó en el horizonte-¿Sabes?-volteé a mirarlo-hace mucho tiempo no me sentía así.

--¿Así cómo?-dije sin comprender.

--Así de libre, así de...feliz-una sonrisa asaltó su rostro, mi piel se erizó y no pude evitar sentirme igual que él, saqué mi celular y le saqué una foto-Oye, ¿Qué haces?-dijo mirándome mientras reía.

--Solo es para el recuerdo-dije riendo también, miré la foto que había tomado.

Gracias por hacer mi vida más feliz, Víctor...