Vuelo atrasado

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Cuando volvimos al hotel, Víctor bañó a Makkachin para quitarle la arena de encima, yo también me duché para ir a buscar a Yurio. Luego de unas horas, fui a leer una revista en la recepción cuando Yuri dijo que ya estábamos listos para ir.

--Yo también estoy listo-dijo Víctor.

--Bueno, ya nos va...-Mari lo interrumpió.

--¿Dónde vas, Yuri?-dijo apoyándose en el marco de la puerta.

--Vamos a buscar a Yurio, pronto llegará así que...-lo volvió a interrumpir.

--No, no, tú te quedas para ayudarme a limpiar el segundo piso, ahí se quedará Yurio después de todo.

--Pero...-lo tomó del brazo y lo empezó a arrastrar.

--Lo siento chicos, él se queda aquí.

--¡Chicos, ayuda!-dijo Yuri forcejeando, ambos reímos.

--Supongo que tendremos que ir nosotros dos-las palabras de Víctor hicieron que el nerviosismo me entrara al cuerpo.

--S..sí-eso había sonado más nervioso de lo que esperaba, él sonrió y nos fuimos al auto, Víctor manejaría hasta el aeropuerto.

--Y...-encendió el auto-¿Dónde fuiste luego de Barcelona?-comenzó a andar.

--Bueno-pensé-luego de Roma, estuve en muchos lados, Egipto, Colombia y pasé por muchos estados de Estados Unidos, antes de venir aquí pasé por Los Angeles.

--Vaya, conociste muchas cosas-mientras él miraba el camino yo lo admiraba a él, su rostro seguía igual de perfecto, sus ojos más azules que antes y su cabello igual que siempre, lo miré hasta que él se dio cuenta-¿Te...tengo algo en el rostro?-agregó una sonrisa al final, se le escuchó nervioso, me sonrojé un poco.

--Nada, es solo...-pensé en decirle la verdad, pero lo evité-no es nada-miré el camino yo también-¿Qué hiciste tú?.

--Bueno...-dijo sin ánimos-volví a Rusia por unos meses, extrañaba mi casa al igual que Makkachin, luego volví a Japón para entrenar a Yuri.

--Y...-lo miré nuevamente, esta vez, para ver su reacción al hacerle esta pregunta-¿Es cierto que volverás a patinar?-en su rostro se posó una sonrisa, que hizo que yo me sintiera feliz por él, es lo que amaba y, al parecer, lo sigue amando.

--Volveré la próxima temporada, estoy muy ansioso.

--Te creo-dije mirando nuevamente el camino-¿Qué te hizo volver?-hubo un silencio por unos segundos, estaba pensando su respuesta probablemente.

--Una persona muy especial hizo que volviera.

--Oh...-agaché la mirada, sabiendo que obviamente esa persona no sería yo, suspiré.

--Llegamos-estacionó el auto y nos bajamos, ya estaba atardeciendo.

Entramos al aeropuerto, no estaba tan repleto de personas, pero aún así, estos iban y venían rápidamente. Tomamos asiento, donde seguimos conversando hasta que recibí una llamada.

--Yurio, ¿Dónde estás? Te estamos esperando en el aeropuerto.

--Mi vuelo se atrasó por mal clima, llegaré en más o menos 4 horas.

--¿E...es una broma?-dije nerviosa.

--Ojalá-se escuchaba enojado-maldita enana, solo voy porque tú me rogaste que fuera-me reí.

--Te esperaremos aquí, adiós-colgué el teléfono y suspiré-su vuelo se atrasó por el clima, llegará como en 4 horas

--Supongo que tendremos que esperar-suspiró-¿Quieres comer algo?.

--Cla...claro-dije nerviosa al pensar qué haría durante 4 horas con Víctor.

Como ya estaba atardeciendo, decidimos cenar, él invitó. La comida estaba deliciosa, y más con él al frente mío.

--¿Desean algo para beber?-Víctor me miró y luego al camarero.

--A ella traele un martini doble con hielo y a mi un vino, por favor-le sonreí.

--Aún te acuerdas-dije mirándolo.

--¿De qué?.

--De lo que pedí ese día en el avión-él me sonrió.

--Claro que sí, nunca lo olvidaría-el chico había llegado con las copas y cada uno tomó la suya.

--¿Por qué brindamos?-dije con la copa entre mis dedos.

--Por habernos conocido aquel día en el bar de ese avión-chocamos con delicadeza nuestras copas-a tu salud.

Ambos bebimos un sorbo, al mirarlo noté que era igual de elegante que aquella vez, le sonreí.

--¿Sabes?-dije perdiendo la mirada en el líquido de mi copa-creo que nunca olvidaré ese día.

--Tampoco yo-puso su mano desocupada sobre la mía, sentí aquella corriente que siempre viajaba a través de mi cuerpo cuando él me tocaba, y sonreí.

Sonreí, porque al fin podía volver a ver los colores como los vi hace 5 meses. Sonreí, porque podía sentir nuevamente el sabor delicioso de la comida. Sonreí, porque una vez más estaba bebiendo una copa con él. Sonreí, porque estaba disfrutando todo esto con él.

Pero me dolía el pecho, porque esto no podía durar para siempre.

                         ~~~~~~~~

Ella era todo lo que necesitaba para poder seguir adelante. No le dije que mi coreografía era para ella, no le dije que volví solo porque ella me motivó a hacerlo, no le dije que la extrañé estos 5 meses, no le dije que dejaría todo por estar con ella.

Y no se lo dije, porque sé que se volverá a ir y no se irá porque ella quiera, se irá para no hacerle daño a Yuri. Y si sentía todo esto por ella, debía dejarla ser feliz.

--¿Vamos?-dijo ella sacándome de mi trance.

--Está bien-pagué la cuenta y nos dirigimos al mismo lugar donde estábamos antes, vi cómo ella se estremeció-¿Tienes frío?.

--N...no, estoy bien-dijo abrazándose para tratar de calentarse. Me saqué mi saco y se lo pasé-mu...muchas gracias-dijo con una sonrisa y se la devolví, se veía tierna así.

Nos sentamos en el sillón, seguimos hablando de cosas triviales hasta que ella bostezó.

--Puedes dormir si quieres, ya es tarde, yo esperaré a Yurio-le sonreí.

--Está bien-dijo con los ojos casi cerrados, a los segundos después cayó en un sueño profundo apoyando su cabeza en mi hombro, sonreí.

En estos 5 meses, había esperado volver a verla y pensé que sería algo imposible, que los días que pasé con ella fueron parte de un cuento de hadas y que no volvería a ocurrir, pero estaba equivocado. Acababa de pasar unas horas maravillosas con ella y, aunque se vuelva a ir, sé que volveré a verla.

Gracias, vuelo atrasado...

Destello Platinado ~Víctor Nikiforov y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora