Juntos

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Mis piernas se pusieron firmes y ya no sentía una presión en el pecho. Limpié las lágrimas que corrieron por mis mejillas, decidida a hablar por primera vez con la verdad por delante.

--Yo...yo te esperé-mi voz se escuchaba rota, pero por primera vez, no era por tristeza y sabía que pronto se pondría más firme-te esperé en cada avión que me subí en esos dos meses, cada vez que iba al bar pedía una copa de vino. Maldita sea, nunca había tomado tanto vino en mi vida-limpié mis lágrimas y volteé con una sonrisa en el rostro-de alguna manera, te sentía más cerca-comencé a dar pasos hacia él-te necesitaba cerca-nos separaban pocos centímetros, sentía mi cuerpo moverse inconscientemente.

--También te necesitaba cerca-puso sus manos en mis mejillas y cortó nuestra distancia apoyando su frente contra la mía, rozando nuestras narices-no sabía lo amargo que era el martini hasta hace poco-reí.

--Te dará diabetes bebiendo ese estúpido vino-no aguanté más y lo besé.

Sus labios eran dulces, cálidos y suaves, igual que la primera vez que pude probarlos. Su boca y la mía danzaban a la par y encajaban perfectamente, como aquella vez que estábamos juntos patinando en el hielo. Luego de varios segundos, nos separamos por falta de aire, aún así, su rostro estaba muy cerca del mío.

--¿Esto nos hace una pareja oficial?-dijo con una sonrisa.

--No te la voy a dejar tan fácil tampoco, Nikiforov-dije separandome de él mientras me alejaba rápidamente por el puente mientras me reía.

--¡Oye, espera!-dijo corriendo detrás mío-¿Ni si quiera amigos con derecho?-reí más, subí al autobús que ya estaba en la parada y él detrás mio-te encontré-dijo sentandose al lado mío-no te volveré a dejar huir.

--Tampoco quiero huir-él me miró y le sonreí, deposité un rápido beso en sus labios-estoy feliz aquí-él sonrió, apoyé mi cabeza en su hombro para descansar un poco.

Víctor me dejó en la entrada del hotel al igual que ayer, con la diferencia que ahora me dio un cálido beso de despedida. Sentía cómo con cada beso mis labios ardían.

Subí a mi habitación, más alegre que el día anterior y hoy nada podría perturbar mi mente. Me acosté para descansar, había sido un día agotador pero bastante bueno y que terminara así me tomó por sorpresa.

Comencé a revisar mi celular y borré las páginas de aerolíneas donde compraría mi siguiente vuelo, de alguna forma sabía que no las volvería a usar en bastante tiempo. Fui a ver mis mensajes, entre los pocos contactos y mensajes que tenía, resaltaba el de Víctor que decía un "Buenas noches, pequeña" y no pude evitar sonreír. Luego de responderle, seguí bajando por los diferentes chats, quería compartir mi emoción con alguien y no sabía con quién hacerlo. Mis dedos se detuvieron a ver aquel chat vacío, que estaba de los últimos.

Yuri...

Recordé las palabras de Víctor, sentí un nudo en mi estómago y abracé mi osito.

Lo siente y me quiere, ¿Eh?. Suspiré. Yo lo siento, Yuri.

Aún tenía algo que solucionar, no todo estaba bien. Mi relación con Yuri había quedado en el aire, desde aquel día no hablé más con él y con el único que me comunicaba era Yurio, además de Sara. Pero aún así, a Yuri era la persona que más necesitaba después de Víctor. Volví a suspirar.

Mis dedos se movieron hasta dejarme en el contacto del japonés, a solo un clic de llamarlo. Tenía que hacerlo.

Debo hacerlo...Antes de arrepentirme, marqué su número y esperé con el tono, pocos segundos después, él contestó.

--¿_...___?-pude escuchar nerviosismo en su voz.

--Yuri...-sentí como mis ojos comenzaron a cristalizarse, extrañaba escuchar su voz e inevitablemente solté lágrimas.

--____...-su voz se escuchaba igual que la mía, supuse que se había puesto a llorar también.

--Yo también te quiero Yuri-limpié mis lágrimas-y no sabes cuánto lo siento.

A la mañana siguiente...

No había dormido mucho, la llamada con Yuri se extendió bastante horas para ponernos al día de todo. Pero a pesar del sueño, estaba feliz, ahora todo estaba pleno en mi vida, había solucionado todo con mi amigo y para qué hablar de las cosas con Víctor que pasaron ayer. Me miré en el espejo antes de salir de la habitación y sonreí.

Cuando llegué a la cafetería, vi a Víctor sentado leyendo el periódico al igual que el día anterior.

--¡Víctor!-levantó su vista hacia mí, cuando sus ojos encontraron los míos mi sonrisa se hizo más amplia y sentí cómo corría una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, esta vez con solo mirarlo, me senté frente a él-¿Qué tenemos de bueno hoy?-dije observando la mesa.

--Esta vez quise pedir todo lo que había en el menú-su sonrisa resplandecía, mucho más que otros días, no podía sentirme mejor-disfruta.

Comenzamos a comer, hablando de lo que haríamos en el día, pero el silencio de Víctor en un momento me sorprendió, levanté la mirada y estaba mirándome con una sonrisa.

--¿Víctor?-tomé su mano que yacía en la mesa para llamar su atención, se sobresaltó un poco pero aún así mantuvo el agarre-¿Estás bien?-su sonrisa se hizo más amplia.

--____, ven conmigo a Rusia-soltó ignorando mis preguntas, me puse nerviosa pero aún así le sonreí, sin responderle-prometo...prometo que no habrá ningún problema si quieres seguir viajando, no te quitaré tu libertad, después de todo, así te conocí y yo...-lo interrumpí, dándole un corto y tierno beso, pasando mi cuerpo sobre la mesa para luego volver a sentarme.

--No necesito seguir viajando si tú estás conmigo-sonreí, pude notar la sorpresa y alegría que se asomó en sus ojos-iré contigo donde sea, Rusia, España, Japón, no me interesa.

Siempre busqué mi libertad, iba en cada país tras ella, pero nunca pensé que la encontraría al lado de él. Cuando estaba con él, me sentía como si no necesitara nada más.

Estando juntos, sé que todo estará bien...

N. A.

Chicos, lamento informarles que mañana se viene el final.
El final será en dos capítulos, espero que les guste.

Nos vemos. 💜

Destello Platinado ~Víctor Nikiforov y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora