Destello Platinado ~Víctor Nikiforov y tú~

Roma

Avancé unos cuantos pasos, quedando a mitad de camino hacia el avión y hacia Víctor, pensando si debía volver.

--Señorita, debe abordar el avión ahora-dijo la mujer que había revisado mis papeles acercándose a mi-el avión despegará dentro de pocos minutos.

--Sí...claro.

Ya no hay vuelta atrás...

Decidí entrar al avión, donde Sara y Micky me esperaban, buscamos nuestros asientos, que eran separados.

Mi asiento daba hacia la ventana, al lado iba un pequeño niño con su madre que daba unos gritos de espanto pero, por primera vez, no lograban irritarme. Sin embargo, cuando el avión despegó, fui al bar.

--Me puedes dar un mar...-pensé-dame uno de tus mejores vinos, por favor.

--Por supuesto-abrió una botella y llenó hasta la mitad una copa.

--Muchas gracias.

Tomé la copa entre mis dedos, moviendola lentamente, esperando que por la puerta atravesara su figura elegantemente prepotente. Sin embargo, sabía que eso nunca ocurriría.

Las horas pasaron entre un par de copas más y llegó el momento de aterrizar, tambaleándome llegué al asiento. Sara estaba ahí.

--____, ¿Estás bien?-dijo ayudándome a sentarme, pidiendo disculpas a la mujer con su hijo.

--Claro que estoy bien-dije mirando por la ventana-siempre estoy bien...-sentí un suspiro salir de la boca de Sara y se fue-siempre.

El avión aterrizó y los 3 fuimos por nuestras maletas, hablaban entre ellos y yo solo me comunicaba con monosílabos. Llegamos a la enorme casa, donde Micky me ayudó a llevar mis maletas a lo que sería mi habitación por un par de días. Mi celular había comenzado a sonar pocos minutos después de eso.

--¡____!-la voz inocente de Yuri me hizo sonreír.

--Hola, Yuri-dije cerrando los ojos, me pesaban un poco por las copas de vino.

--¿Ya llegaron?-se escuchaba gente agetreada de fondo.

--Hace poco llegamos, de hecho, ya estoy en la habitación.

--Oh, que bue...-alguien lo había interrumpido por el otro lado de la línea.

--Yuri, ya es hora de abordar el avión-al escuchar esa voz, el pesar de mis ojos se fue y mi piel se erizó.

--Lo siento, ____-suspiró-Víctor y yo ya vamos camino a Japón, se supone que nos quedaríamos más días, pero él se quería ir luego.

--Está bien, ten un buen vuelo-colgué la llamada y suspiré.

Fue lo correcto...

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Compré los voletos a Japón pocas horas después de que ella se fuera, iría a dejar a Yuri y a buscar a Makkachin para luego ir a Rusia, descansaría por unos meses para luego seguir entrenándolo. Pensaría también en mi coreografía para el próximo año, con mi regreso, debería tener algo listo que sorprenda a todo el mundo.

--¿Debemos irnos tan luego?-dijo Yuri, quejándose por milésima vez de mi decisión.

--Tenemos que comenzar a prepararnos para la próxima temporada, esto no es un trabajo fácil-suspiré-Yuri, me iré a Rusia por un par de meses, luego volveré a Japón.

--Supongo que está bien-dijo decaído, preferí no añadir nada más y abordar el avión que nos esperaba.

Dentro del avión, Yuri se quedó dormido, yo no podía dormir en un asiento tan estrecho, decidí ir al bar.

--Por favor, un martini doble con hielo.

--Está preparándose-observé cómo mezclaba los ingredientes en aquella botella gris-aquí tiene.

--Muchas gracias-tomé la copa con mis dedos y le di un sorbo.

Ya no podía hacer nada, ella ya se había ido, pronto se iría de ese lugar y no podría ir tras ella, al menos no por ahora. Estaba desesperado por volver a verla y era algo imposible, no quería hacerle daño a ella ni a Yuri, prefería quemarme por dentro a mí mismo.

--¿Desea beber algo más?-dijo el chico tras la barra al ver que mi copa estaba vacía.

--No, así está, gracias-pagué el trago y volví a mi asiento, donde Yuri seguía dormido, suspiré.

¿Qué debo hacer?.

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Luego de hablar con Chris para decirle que ya había llegado y que estaba bien, decidí recorrer la casa.

Era muy espaciosa y bonita, eché un vistazo por todas las habitaciones, hasta que me detuve en una donde habían fotos de patinadores que habían ganado un lugar en el podio en diferentes competencias, donde, obviamente, había una persona que se veía en más de una foto.

Víctor destacaba en cada una de ellas, su sonrisa resplandecía, dejando en evidencia que realmente amaba lo que hacía en el hielo. Lamentablemente, no lo conocí en su época como competidor y no pude apreciar su trabajo, sin embargo, había visto diversos vídeos en Internet luego de conocerlo. Mi vista se dirigió a la foto de la última temporada, donde Víctor estaba junto a mi hermano y JJ, siendo él quien más resaltaba.

Eres una estrella...suspiré, pensando que era un título muy pequeño para él.

--Lo extrañas, ¿Verdad?-al voltear, vi a Sara observandome-mi hermano guarda las fotos de los campeones todos los años para motivarse aún más-dijo mirando las fotografías-él resalta en muchas, ¿No crees?.

--Así es-dije mirando las fotografías nuevamente, perdiéndome en ellas.

--Es como una estrella.

--No...-dije aún más sumergida en ellas, buscando una forma de describirlo-es algo más.

Eres como un destello que brilla en la oscuridad, Víctor...

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--¿En serio debes irte tan pronto? Acabamos de llegar a Hasetsu-dijo Yuri mientras guarbada todo lo que había dejado aquí durante la competencia en mi maleta.

--Lo siento, Yuri, pero extraño mi hogar, seguro que Makkachin también lo extraña, ¿Verdad?-el perro se paró en dos patas y se apoyó en mi, con mi mano le hice cariño en la cabeza y le sonreí-además, no puedo dejar mucho tiempo mi casa, pero no te preocupes, volveremos pronto-me acerqué a él y lo abracé.

--Bueno...-dijo correspondiendo mi abrazo-mientras no estés, mejoraré mis saltos.

--Cuando vuelva, espero que hayas mejorado ese flip cuádruple.

--Obvio que sí-dijo separandose de mi con una sonrisa.

--Tengo que irme, mi vuelo sale en un par de horas.

--Te iré a dejar, yo...-lo interrumpí.

--No te preocupes, puedo irme solo.

Luego de despedirme de toda la familia Katsuki, tomé un taxi hasta el aeropuerto. La gente iba y venía, el lugar estaba repleto. Sin embargo, entre todos esos rostros, no estaba el que yo esperaba.

Desearía ir a buscarte a Roma...