Capítulo 30

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Haneul y Jimin estaban en la tienda los dos muy contentos haciendo pasteles mientras reían por cosas que se le ocurría a la mujer o a él.
Escucharon la campanita de la puerta de entrada sonar y ambos dejaron lo que estaban haciendo para atender al cliente. Pero tan grande fue la sorpresa para la mujer que ni ella se lo creía.

—¡Mi sobrina bonita! -la mayor caminó hasta su sobrina que tendría unos cuantos años más que Jimin, pelo castaño oscuro largo y con flequillo cubriendo su frente. Iba vestida con un jersey muy largo, en ella tenía dibujos de fuego en llamas con el fondo blanco. Con unos pantalones cortos negros debajo del jersey. Con botas negras altas. En su cuello colgaba una cadena de oro y pintada de colores oscuros.

—Hola abuela ¿Cómo estás? -preguntó la pariente.

—Bien ¿Cómo has venido?

—Una larga historia -rió al acordarse- mi madre no me dejaba ya que no había trabajado lo suficiente, ya sabes cómo es.- encogiéndose de hombros.

La mujer cayó en cuenta que Jimin estaba ahí sin decir ni una palabra.

—Oh mira, él es Jimin, empezó a trabajar ayer.

—Encantada, tengo un nombre largo así que mejor llámame Nicha. -sonrió.
Jimin le devolvió la sonrisa mientras asentía.

—¿Quieres algo de beber o..?

—Lo siento abuela, pero quiero hablar contigo de cosas importantes -miró a el rubio- ¿Te importa que hable con ella unos minutos? Es muy importante..

—No, tranquila. Hablad todo lo que queráis. Yo estaré en la cocina terminando los dulces.

Nicha y Haneul fueron a la sala de estar que estaba en la derecha detrás del mostrador, ambas entraron y cerraron la puerta para tener más privacidad.

El tiempo transcurrió, abuela y nieta salieron de la habitación para dirigirse a la cocina que se encontraba Jimin quitándose el delantal.

—¿Jimin, no? -dijo la muchacha. Él asintió- te venía a ofrecer algo que seguro que te gusta.
El rubio quedó confuso por lo que dijo la chica.

—¿Qué cosa?

—Trabajo muy bien pagado. La abuela me contó que lo necesitas por eso te lo digo.

—¿Qué trabajo?

—Cocinero o algún puesto de esos, trabajas en un restaurante de alta calidad ¿Sabes cuál es el restaurante Omelas? -Él quedó impresionado al decir ese nombre pues era muy famoso en Seúl, varios artistas fueron a ese restaurante además tiene cinco estrellas.

—Sí, lo conozco. -dijo tranquilo.

—Yo antes trabajaba ahí como lavaplatos por eso te doy mi puesto.-fingió una sonrisa.

—¿Antes?

—Sí, mi contrato terminó...-su voz parecía triste.

—Entiendo.-asintió el rubio.

—La verdad, vine aquí a visitar a la abuela pues ya terminé mi trabajo. Mi abuela me contó que buscabas trabajo y todo eso, por eso te invito a venir a Omelas.

—Wow..-sorprendido- me sentiré como gente de dinero.

—Espero que te sientas bien allí...-susurró.

Los dos jóvenes se fueron de allí para ir al nuevo trabajo del menor. Cuando los dos estaban en las grandes puertas del restaurante costoso, la chica se quedó parada ahí.

—¿No vas a entrar? -cuestionó él.

—Lo siento, pero cuando no eres miembro del personal de trabajo no puedes entrar como si fueras un cliente.

Cristales Rotos [YM/JS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora