Capítulo 33

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Tirados en la cama del mayor mientras escuchaban música a todo volumen ya que los padres estaban discutiendo.
El pelinegro tapó con sus manos los oídos del pelirosa pero aunque la música estuviera por lo alto y tape los oídos aún seguía escuchando esas asquerosas discusiones.

—Yoongi..los cristales se van a romper de lo alto que está.-refiriéndose a las canciones que se reproducían por los altavoces.

—¡¡Baja el volumen!! -pidió su madre.
El hijo sonrió de forma ladina y conectó el otro altavoz que tenía, era pequeño pero poderoso. Ahora se escuchaba canciones diferentes de dos altavoces distintos.

—¡Yoongi, me vas a volver loco! -gritó a todo pulmón, tenía la almohada en su cabeza tapando sus orejas.- ¡¡YOONGI!!

El mayor se divertía tanto con la situación que no paraba de reír pero sus carcajadas fueron interrumpidas por el pelirosa desconectado todo. Tenía su ceño fruncido y sus labios apretados.

—Aguafiestas -limpiando sus pequeñas lágrimas.

—Idiota, querías que quedara sordo.-cruzó sus brazos.

—Sí, así puedo poner la música tan alta que yo quiera.-sonrió orgulloso.

—Idiota y mil veces más idiota.-rodó sus ojos.

—Oh~ -hizo un sonido a propósito adorable- ¿El niño se enfadó? -hablando con pucheros.

—Arg...-gruñó- ¡Vete a la mierda, Min! -espetó furioso.

—¿Quieres un abracito y un besito? -con tono infantil.

—No.

—¡Heriste mis sentimientos, tonto! -puso sus manos en el corazón de forma dramática.- ¡Ya no te quiero! -negó con su cabeza.

—Ah..¿Me querías antes? -con una mini sonrisa.
Yoongi quedó sin palabras para después tirarle una almohada en su cara.
Jimin gritó y le devolvió el golpe, subiendo a la cama pues antes estaba sentado en el suelo al lado de los altavoces.

Los dos empezaron a pelear con mantas, almohadas y hasta el osito que no tenía culpa de nada.

—¡No! -exclamó el pelinegro- ¡Devuélveme a kumamon!

—¡No merece nombre! -lo tiró por los aires dando en el techo- ¡Es el oso del mismo diablo! -riendo.

—¡Tú eres el hijo del diablo! -se puso de pie en la cama con un cojín en sus manos listo para atacar al otro que estaba sentado. Las mantas estaban enredadas en sus pies un solo movimiento y caería directo al suelo. Jimin vio las mantas y como no quería que cayera al piso, jaló del brazo del mayor en su dirección.

—¡Park, te iba a matar! -le golpeó en la cabeza con el cojín.

—Ibas a caerte, Yoonie. Te salvé. -sonrió, mirando al otro desde abajo.

Yoongi lo miró, su pelo estaba despeinado, tenía una sonrisa de labios haciendo que se vieran apetitosos, sus mejillas eran del mismo color que su cabello, en sus ojos parecían tener galaxias dentro de él mientras que respiraba de forma agitada y todo debajo de él.
De repente se puso nervioso al estar en tal postura.

Jimin lo veía desde abajo, su pelo negro como el carbón estaba enmarañado, sus labios finos estaban entreabiertos, seguía teniendo ese pálido tan suyo, su mirada tan oscura que podía decir que era del mismo color que su cabello.

¿Podré besarlo? Pero.. ¿No se romperá en mil pedazos?

Los dos pensaron lo mismo pero ninguno movía ficha. ¿Qué tan difícil es?
Yoongi cada vez se acercaba más, mirando los preciosos labios del menor mientras que Jimin tenía sus ojitos cerrados esperando al momento. Pero..los segundos pasaban y no sintió nada chocar con los suyos, no los quería abrir pero la curiosidad le mataba.

—Papá..yo..
El pelirosa abrió sus ojos de forma rápida encontrando una situación un poco incómoda. Yoongi ya no estaba encima de él sino al lado, su semblante era triste pero el de su padre... Rojo en furia.

—¿¡Qué mierdas hacías encima de ese!?-gritó asqueado.

¿Ese? Pensó Jimin, él tenía un nombre no era un determinante. Maldeció al padre en sus adentros por interrumpir un precioso momento que lo llevaba queriendo desde hace tiempo.
Por parte de Yoongi..el pobre no sabía que palabra ni mirada usar para que su padre no enfureciera más.

Pero bajo ninguna circunstancia diría "fue un malentendido" porque no lo era ni lo será, los dos sabían lo que querían y no usarían palabras erróneas.
El padre lo miraba de una manera entre odio y asco.

—Jimin..-susurró. Diciendo claramente que se vaya pero él no lo haría, tenía miedo de que el señor Min le haga algo a su propio hijo.
Hizo caso omiso.

—Hijo, tenemos que hablar. -echando indirectamente al menor.
Jimin muchas veces se mordió la lengua para no meterse en problemas pero ya estaba harto.

—No. Hable aquí con él. -intervino el pelirosa.

—Tú no te metas.

—Si me meto porque ha sido cosas de los dos.

—¿Qué dices..? -le dijo en susurro, mirándole de reojo.

—¿Cosas de los dos? -el menor sentía miedo pero él quería estar por encima de los demás.

—Sí, bueno..yo le dije que me besara.-decidido.

—Jimin, no...

—¿¡Qué!? -gritó alterado.

—Es la verdad, tiré de su brazo para que me besara mejor.-sonrió.

—¡Fuera de mi casa! -chilló señalando la puerta de entrada.

—¡No me iré! -elevó el tono de voz.

El hombre se acercó a él pero se aferró a Yoongi, abrazándolo fuerte para no separarlo. Su padre se puso peor y tiró de sus piernas que poco a poco se escurría.

—¡Yoongi, no me sueltes! -mirando a sus ojos.

—Jimin...-su tono de voz era triste.
Logró tumbarlo dando todo su cuerpo en el frío suelo.

—¿¡Esque no tienes padres!? ¿Quién eres para venir a mi casa y casi que besas a mi hijo y encima chillarme?

—¡¡No necesito padres!! -gritó a todo pulmón con los ojos llorosos.
Reinó el silencio hasta que la madre apareció dando un chillido asustada.

—¿Qué ha pasado aquí? -preguntó horrorizada al ver al menor en el suelo, a su marido echo una furia y a su hijo con una expresión afligida.

—Tu hijo casi que besa al bastardo este. -miraba a los dos con odio.

—¿¡Bastardo!? -el pelirosa rió con ironía- aquí el único bastardo eres tú.-a la mierda los honoríficos.

—¡¡Dije que fuera de mi casa!!

—¡Dije que no me iré!

—Jimin, si no te vas llamaré a la policía.-dijo la madre en el mismo estado que su marido.

—Sois unos..-calló antes de decir una barbaridad- nos vemos, Yoongi.-se fue de allí dando un fuerte portazo.

—¿En qué maldito mundo vives? -le dijo su padre.

—En el mismo que el tuyo..-murmuró sin mirarlos.

—La última vez que traes a Jimin a la casa ¿Entendido? -esta vez su madre- es un niño sin educación.

—Con razón, no tiene padres. -escupió con odio el hombre.

Empezaron a criticar y a echarle la bronca sobre lo que hizo y que cambie de mentalidad. Yoongi no les echaba ni una pizca de atención.

Porque haría lo que le diera la gana.

🍀

—11G🌈

Cristales Rotos [YM/JS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora