Laurel.Los lunes por la mañana son de lo peor.
Desperté cinco minutos tarde, no escuché la alarma sonar en ningún momento y por consecuencia ya mi humor había decaído.
Cuando fui a tomar un baño caliente con la esperanza de que el día no podía empeorar, me encontré con que mi compañera, Cassie, se había terminado todo lo que quedaba de agua caliente.
Con todo la agonía, tuve que tomar una rápida ducha de agua fría y vestirme con rapidez si quería ser capaz de conseguir un poco de desayuno antes de la primera clase.
Parecía que el universo hubiese creado una regla en la cual no se permitiera que yo tenga días normales y tranquilos.
Me coloqué la chaqueta jeans de siempre, dejé mi cabello suelto porque no tenía tiempo suficiente para peinarme y tomando mi mochila salí del apartamento.
Este área de la ciudad está siempre concurrido, estudiantes caminan por todas partes por ser área del campus, al igual que pasan trabajadores que están llegando a su empleo.
No tengo automóvil, así que apresuro mis pasos lo más que puedo siendo motivada con la imagen mental de un buen desayuno.
Rápidamente llegó a la cafetería que está frente al campus. Es la única opción a tan temprana hora de la mañana, ya que aún falta media hora para que la cafetería de la universidad habrá.
Cuando entró el olor a café me invade y de inmediato mi estómago empieza a pedir alimento. Me acerco a una mesa disponible y dejo mi mochila a mi lado y unos segundos más tarde, Helen, una de las chicas que trabaja aquí se acerca.
—¿Qué deseas pedir esta mañana, Laurel?— pregunta con su característica amabilidad y una sonrisa en sus labios.
Me preguntó cómo puede estar tan animada siendo tan temprano en la mañana y teniendo que trabajar.
Le regalo una sonrisa un poco menos deslumbrante que la suya y sin mirar el menú pido lo que voy a comer.
—Me gustaría pedirte dos de esos sándwiches deliciosos de pavo y queso sin mayonesa y también me gustaría una taza de chocolate caliente, por favor.
Ella escribe algo en su bloc de notas y luego me da una sonrisa mientras dice. —Enseguida le traigo su orden.
Asiento y la veo alejarse. Sacó el teléfono celular de mi bolsillo y veo los mensajes que tengo sin responder. Uno de ellos es de mi mejor amiga Jessie, diciéndome que posiblemente no llegue a tiempo para la clase y el otro es de mi madre, el cual decido ignorar de momento. Le respondo el mensaje a Jessie diciéndole que me aseguraré de darle mis apuntes.
Tengo tan pocos mensajes, que aún puedo ver el número de Carter al final de mi pantalla y aunque nunca lo agende sé que es él porque es el único contacto que aparece sin nombre. Hace más de cinco días que no lo veo en lo absoluto, desde que hablamos sobre lo qué pasó en Las Vegas y todo quedó claro él parece haberse evaporado del campus.
No es que estuviese del todo pendiente a él, necesitaba mi tiempo para asimilar por lo que estábamos pasando y sobre qué pasaría después.
Sería una chica oficialmente divorciada en pocas semanas y ni siquiera había sido una boda cien por ciento real.
Bloqueó el teléfono y lo guardo en la mochila, para dejarlo lo más lejos posible de mi.
Helen regresa con mi desayuno y de inmediato le doy un mordisco a él delicioso sándwich.
Un grupo de chicas entra a la cafetería y las veo dirigirse entre risas hacia el mostrador. Le restó importancia y les doy la espalda enfocándome en tomar un sorbo del delicioso chocolate caliente.
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Química Innegable© (LDD#1)
RomanceViajar a las Vegas con un grupo de universitarios calientes jamás es buena idea. Cuando Laurel Hanson, despierta de un profundo sueño entre las sábanas con el más codiciado y ardiente joven del campus, sabe que su vida se ha convertido en un caos y...