Laurel.Una sensación fría recorre todo mi cuerpo cuando me despierto, estoy sola en la cama. Respiro profundamente mirando a mi alrededor buscando a Carter, sin embargo, no hay rastros de él. Su lugar en la cama está vacío y frío como si nadie hubiese dormido ahí en lo absoluto.
Las luces del pasillo están encendidas cuando salgo de la habitación, la noche esta demasiado fría y yo solo estoy vistiendo una anótame camiseta de la universidad por lo que me obligo a abrazarme a mi misma para resguardarme del frío y bajó las escaleras.
La pequeña lámpara junto al sofá está encendía y a pesar de la poca iluminación soy capaz de ver la silueta de su cuerpo encorvado hacia adelante, mientras su mano se mueve sobre algo que no logro descifrar.
—Carter—susurró acercándome por detrás, cuando estoy lo suficientemente cerca soy capaz de ver que me estaba dibujando en su cuaderno y él lo cierra de golpe levantándose.—¿Estás bien?
Él evita mirarme a los ojos, soy capaz de sentir la tensión emanando de su cuerpo y sé con certeza que algo está mal y no quiere decirme qué es.
—Sabes que puedes hablar conmigo, estoy aquí —aviso tomando su rostro entre mis manos, la sensación áspera de su barba de algunos días me hace cosquillas en las manos, pero lo ignoro.—Dime qué está mal.
He visto a Carter West en casi todas sus facetas, pero jamás lo había visto de esta manera. Sus ojos parecían apagados, parecía triste y aquello solo me hacía preguntarme qué había hecho mal, pienso en todo lo que ocurrió horas atrás y no hay nada. Nos fuimos a dormir y él estaba bien, estábamos felices, pero ahora no parecía capaz siquiera de mirarme.
El silencio le siguió a mis palabras, lo único que hacíamos era mirarnos el uno al otro en medio de la sala oscura.
—Tú silencio me está matando.
Carter suspira y con un movimiento rápido y fluido me acerca a él, mi rostro choca contra su pecho desnudo y guió mis manos a su cuello mientras las suyas se cierran en mi cintura acurrucándome en silencio.
Ninguno de los dos dice nada ahora, él se limita a abrazarme y dejar pequeños besos en mi cabello. Cierro los ojos tranquilizándome, puedo sentir el latir calmado de su corazón y el calor de su cuerpo mientras me sostiene como si no me quisiera dejar ir jamás.
No sé cuánto tiempo pasa mientras estamos así. Estoy segura de que si alguno de los chicos hubiera decidido bajar a la sala o a la cocina se hubiera quedado confundido ante la escena, pero lo único que me importaba en ese momento era hacerlo sentir mejor aunque lo único que tuviera que hacer era simplemente estar ahí y dejar que me sostuviera.
—Sé que esto debe estar confundiéndote como la mierda—finalmente habla y su voz suena ronca y pausada.—No quería que despertaras y me vieras así, te veías como un ángel dormida en nuestra cama, no quería arruinar eso por eso decidí venir abajo.
—Si estás preocupado por algo y me necesitas entonces me despiertas y buscamos una solución, es mucho mejor que despertarme en medio de la noche sin encontrar al amor de mi vida a mi lado en la cama y tener que encontrarlo en medio de la sala sin que me dirija una sola palabra.
Él se ríe y siento su pecho vibrar ante la acción, sus antes quietas empiezan a recorrer mi cintura, cadera y espalda baja.
—¿Soy el amor de tu vida?—pregunta, coqueto y sin tener que ver su rostro sé que sus hoyuelos están ahí.
—De eso no se trata la conversación, no me cambies el tema—lo regaño, pero el hace caso omiso.
—Dilo y entonces podremos seguir con la conversación.
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Química Innegable© (LDD#1)
RomanceViajar a las Vegas con un grupo de universitarios calientes jamás es buena idea. Cuando Laurel Hanson, despierta de un profundo sueño entre las sábanas con el más codiciado y ardiente joven del campus, sabe que su vida se ha convertido en un caos y...