Laurel.—¿Sabes que solo es una serie?—pregunta Jessie llevándose la quinta rebanada de pizza a los labios y dando una gran mordida.
—Ellos merecían terminar juntos—explicó con un puchero y quitándole el bote de helado de su regazo llevó una cucharada enorme a mis labios para ahogar mis penas.
—Nunca entenderé tu obsesión con esa serie de doctores—bufea mi mejor amiga y luego se levanta del sofá encaminándose a la cocina, la sigo y ella abre la nevera sacando una cerveza para mi y una botella de agua para ella.
—Sabes que no bebo—anunció alejando aquella bebida lejos de mí y ella frunce el ceño.
—Yo no puedo beber, estoy cargando un embarazo. Lo más sensato es que tomes por mi —dice Jessie poniendo cara de perrito, niego con la cabeza y ella se encoge de hombros y la guarda en la nevera de vuelta dándome una botella de agua en su lugar.—James lo hará por mi luego, no me mires así.
—No te he mirado de ninguna manera—levantó las manos de manera inocente.
—Me juzgas con la mirada, te conozco.
Jessie se ve graciosa con su pequeña barriga, agarrandose las caderas, despeinada y con la ropa más holgada que la he visto usar jamás.
—No lo hago—respondo con una sonrisa.—Estoy orgullosa de ti, sé que te cuesta dejar cosas a las que ya estabas acostumbrada, pero lo haces y esa es solo una de las razones por la cual serás una gran madre.
—No me hagas llorar, tengo hormonas de embarazada— suelta con la voz entrecortada y elimino la distancia que no sea para para darle un abrazo.
—Además nunca te agradecí por algo y tengo que hacerlo antes de que tus hormonas de embarazada te invadan por completo —anunció para evitar que llore y eso parece funcionar, porque esa mujer se alimenta del chisme.— Si no fuese por ese viaje a Las Vegas al que me obligaste a ir jamás hubiese hablado con Carter y mucho menos nos habríamos acercado tanto, todo eso sucedió por ti así que gracias.
—Nena, créeme que Carter hubiera encontrado la manera de acercarse a ti de cualquier manera, le gustabas. Todos podíamos verlo a excepción de ti, aunque ese viaje logró que todo sucediera más rápido.
—¿Bromeas? ese hombre tenía a todo el campus detrás de él, aún las tiene. Jamás hubiese tenido la oportunidad—hago un ademán con las manos restándole importancia.—Pero ya nada de eso importa.
—No, no importa—coincide Jessie y luego añade con melancolía. —Esto hubiera sido mejor dicho Evan estuviera con nosotras.
—Todo era mejor con él cerca, es horrible que solo pudimos tener la oportunidad de estar en su vida por tan poco tiempo, sin embargo, en mi corazón es como si lo conociera desde siempre, es el mejor ser humano que existe.
—Por Evan—ella levanta su botella de agua.
—Por Evan—chocamos nuestras botellas de agua y damos un trago.
En silencio volvemos a la sala y nos acurrucamos en el sofá para ver el siguiente capítulo, no sé en qué momento nos quedamos dormidas pero el sonido del teléfono de Jessie nos despierta a ambas de golpe.
La rubia toma el teléfono y lee los mensajes antes de mirar en mi dirección con preocupación.
—¿Qué pasa? —preguntó alarmada.
—Es Carter, al parecer no hizo caso al entrenador y decidió entrenar a pesar de que no puede hacerlo.
—Maldita sea—me levanto del sofá tomando mi mochila con rapidez y saco mi teléfono que se encontraba en silencio para ver mis mensajes.
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Química Innegable© (LDD#1)
Roman d'amourViajar a las Vegas con un grupo de universitarios calientes jamás es buena idea. Cuando Laurel Hanson, despierta de un profundo sueño entre las sábanas con el más codiciado y ardiente joven del campus, sabe que su vida se ha convertido en un caos y...