Capítulo 19

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Carter.


Han pasado dos semanas desde la última vez que supe algo de mi hermano. Luego de que le envíe el dinero simplemente agradeció y no volví a saber nada más de Jason, es como si hubiese desaparecido y por más que me digo a mi mismo que debo estar tranquilo porque seguramente él está bien, no puedo evitar pensar en todas las cosas que pueden estar ocurriendo.

Chad, uno de mis compañeros de equipo me lanza el balón y trató de atraparlo pero calculó mal y este termina cayendo en el suelo.

Suelto un gruñido de frustración, en los últimos entrenamientos ha sido demasiado difícil concentrarme debido a que tengo mi mente en un montón de mierdas.

El entrenador me hace señas para que me acerque y suelto un fuerte suspiro, mientras troto en su dirección. Todos han parado de entrenar solo para ver lo que ocurre.

—¿Ustedes qué están mirando? Pongan esos traseros a trabajar —grita el entrenador, ocasionando que vuelvan a concentrarse en el entrenamiento.

—¿Qué pasa? —preguntó cuando estoy frente a él.

—Estás jugando de la mierda, West—se queja y lanza una botella de agua en mi dirección. —Tomate lo que queda del día y espero que en el entrenamiento de mañana dejes de ser un estorbo.

Asiento, sin querer discutir con el entrenador y tomó un enorme sorbo de agua mientras me encamino en dirección a las duchas.

No estoy cansado, por más que mis ojeras digan lo contrarios los últimos días han sido realmente asombrosos. Sin embargo, no puede dejar de atormentarme la idea de mi hermano pasándola mal y tampoco puedo dejar de preguntarme para qué demonios necesitaba tanto dinero.

Las duchas están vacías y lo único que puedo escuchar pequeñas gotas de agua cayendo contra el suelo.

Lo primero que hago es dirigirme a mi casillero y rebuscar mi teléfono dentro, sé que Laurel debe estar en camino al restaurante en donde quedó con sus amigos, pero igual quiero avisarle que hoy saldré temprano del entrenamiento. Cuando encuentro el teléfono en el bolsillo de mi chaqueta, marcó a su número y no recibo respuesta.

Frunzo el ceño, Laurel siempre ha contestado las llamadas, sin embargo, lo más seguro es que está demasiado concentrada en hablar con sus amigos como para contestarme.

Suelto un suspiro y empiezo a deshacerme de la ropa de entrenamiento, el agua de la ducha golpea fuerte y fría contra mi cuerpo relajando mis músculos en el proceso. Lavo mi cabello y cuando siento que he tardado demasiado dentro del agua sé que es momento de salir.

Envuelvo la toalla alrededor de mi cadera y me dispongo a vestirme, hago todo mecánicamente, cuestionándome a mí mismo por tener que dejar el entrenamiento, sabiendo que podía dar mucho más de mi.

El sonido de una llamada entrante interrumpe mis pensamientos y sin observar quién está llamando contestó esperando escuchar la voz de Laurel, pero la voz de la otra línea es mucho más grave y ronca.

—Tenemos que hablar urgentemente —es lo primero que dice mi hermano en cuanto llevo el teléfono a mi oreja.

—Claro que tenemos que hablar, tienes muchas jodidas explicaciones que darme—gruñó mientras termino de ponerme las zapatillas y me levanto tomando mi chaqueta.

—Hermano, esto es mucho más importante. No tengo tiempo para explicártelo por teléfono —hace una pausa y luego con un suspiro continua. — Estoy estacionado afuera, te espero aquí.

Tomo mi mochila y me encamino a la salida, todavía hay muchas personas en el campus caminando a clases o simplemente haciendo cualquier cosa considerando que aún es temprano por lo que es difícil localizar a mi hermano mayor, pero cuando lo hago todo en él parece ser un desastre.

Química Innegable© (LDD#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora