Capítulo 32

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Carter.

Durante la ducha reflexioné sobre todo lo que había ocurrido desde aquel viaje a Las Vegas y como mi relación con Laurel había avanzado tanto en tan poco tiempo, realmente nos amábamos y teníamos un relación sólida, confiábamos el uno al otro, sin embargo, eso no significa que no habrían momentos como los de hoy, discusiones o desacuerdos. Pero confiaba en nosotros para solucionar toda nuestra mierda de manera sensata.

Había caído directo al agujero, me enamoré de ella y no pensaba alejarme por una simple pelea, los últimos meses habíamos crecido juntos, nos habíamos descubierto el uno al otro, la pasión y la química que teníamos era más grande de la que haya experimentado con alguna chica alguna vez y no planeaba perderla. El hecho de haber sido el único chico con el que haya estado, que pueda enseñarle todo lo que no sabe sobre el sexo y sea conmigo con quien haga el amor simplemente me vuelve loco, ella esta aprendiendo a ser más libre, a demostrar lo que le gusta y yo estaba ahí para ayudarla a encontrarse y no tenía planes de irme a ningún jodido lugar.

Demonios, planeaba pedirle matrimonio.

Estamos casados, sin embargo, ella se merece más que una boda en Las Vegas estando ebrios, se merece una verdadera propuesta, merece ser mi prometida y luego tener una boda asombrosa en donde la pueda ver llegando al altar con su vestido blanco y nada en el infierno me va a detener hasta conseguirlo.

Tomé una holgada toalla y la aseguré alrededor de mi cintura. Dejé la pila de ropa junto al cesto de ropa sucia y salí del baño complacido con el tiempo en la ducha en donde puede sacar toda mi mierda y dejarla a un lado. Ahora sabía que debía dejar de pensar en el pasado, pensar en todo lo que pudo haber pasado y no ocurrió, dejar de temer y concentrarme en lo que realmente importa: hacer feliz a mi chica.

Hice mi camino hacia nuestra habitación, imaginándola dormida con mi camiseta en nuestra cama y seriamente es la única mujer con la que quiero dormir el resto de mi vida. Abro la puerta sacudiendo mi cabeza para dejar ir las pequeñas gotas de agua que caen de mi cabello cuando me enfoco en Laurel y de inmediato mi mi boca se abre con sorpresa.

Cierro la puerta detrás de mí y carraspeó mi garganta haciendo un recorrido a su cuerpo vestido con tan solo encaje negro, su piel blanca y lisa me invita a tocarla, sin embargo, no me muevo de mi lugar. Absorbo cada parte de su cuerpo con mis ojos, sus senos perfectos y redondos, su abdomen plano y piernas largas, joder Laurel es la perfección hecha mujer y yo soy un simple hombre rendido ante su belleza.

Laurel me observa con intensidad, la tensión sexual entre nosotros es tan fuerte que podría levantar mi mano y tomarla entre mis dedos. Ella no se queda atrás, realmente está tomando una imagen mental de mi cuerpo, se detiene más del tiempo necesario en el tatuaje de dragón en mis costillaa, ella mira mi pecho con melancolía y hago una nota mental de que debo conseguir nuevamente mi joyería,su mirada va más abajo hacia mi pelvis, la veo lamerse los labios y eso es suficiente para enviar una corriente en todo mi cuerpo que va directo a mi amigo que de inmediato se emociona y crece.

—Me estás volviendo loco y ni siquiera has tenido que mover un dedo—doy unos pasos hacia adelante eliminando la distancia que nos separa.—Eres perfecta.

Ella hizo un pequeño ruido antes de llevar su mano a cada uno de mis hombros y uniéndolos detrás de mi cuello, se inclinó hacia adelante con una sonrisa coqueta y puedo jurar que mi corazón casi sale de mi pecho.

—Quiero que me tomes—susurró, su voz soñaba tan dulce y calmada, pero al mismo tiempo tan tentadora y sensual.—Quiero que olvidemos todo lo que nos detiene, que dejemos atrás nuestro miedo. Soy tuya, Carter. Quiero que me tomes.

Química Innegable© (LDD#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora