Capítulo 10

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Carter.

La euforia luego de haber ganado el juego se siente en cada partícula de mi cuerpo. La intensidad y el orgullo vibra a través de cada uno de los chicos mientras terminamos de alistarnos para salir de los vestidores y luego del discurso motivador de parte del entrenador nada puede salir mal esta noche.

Solo falta terminar de ponerme estas zapatillas para salir y darle a Laurel el beso que estoy esperando por darle desde el momento que la vi en las gradas.

Hay mucho ruido, todos están conversando y gritando sobre la fiesta que se hará en nuestra casa por la victoria, sin embargo me mantengo en silencio mientras ato mis cordones sin interrumpir en las conversaciones.

El partido fue genial, sí. Me gustó ver a Laurel apoyándome, sí. Sin embargo, no se sentía bien celebrar cuando mi hermano jamás volvería a sentir la emoción después del juego, era lo nuestro, me gustaba celebrar nuestras victorias juntos y es algo que ya no va a volver a ocurrir.

Me levantó y estiró mi cuerpo adolorido, hago una mueca de dolor en el proceso pero no es nada que no pueda soportar, solo algunos moretones por aquí y otros por allá.

—Ese fue un gran Touchdown el que hiciste ahí —me felicitó Keith con unas palmadas y negué con la cabeza.

—No hubiera sido capaz de hacerlo si no fuera por tu gran pase—le digo y luego añado.—Y pensar que la primera vez que te vi te confundí con una rubia porrista, quién imaginaría que harías tan buenos lanzamientos.

—En mi defensa, tener el cabello largo me hacía lucir ardiente—se cruza de brazos.

—¿Quién te lo dijo?, ¿tú madre?

—Eres tan gracioso—gruñe y se aleja para felicitar al resto del equipo.

Por mi parte vierto un poco de perfume en mi y agarro mi maleta para salir lo más rápido posible de ahí antes que alguien más quiera saludarme.

No me malinterpreten, no me disgusta ser el centro de atención en las fiestas y soy bastante agradable con todos, sin embargo la imagen de mi hermano luego de su lesión me impide celebrar en estos momentos.

Cuando salgo por la puerta lo primero que veo son un grupo de groupies agrupadas en una esquina esperando que alguno de los chicos salga para atacar con sus escotes y minifaldas.

Les doy un breve vistazo, porque demonios, soy hombre y tengo ojos. Pero intento escabullirme entre las personas antes de que alguna logre verme, sin embargo es demasiado tarde o soy demasiado lento porque escuchó un chillido.

—¡Carter!

Y luego vienen más.

De un momento a otro estoy rodeado por las chicas, logró reconocer a algunas por las fiestas y veo una o dos chicas con las que dormí en algún tiempo atrás y me preguntó si esas chicas no saben que ahora no estoy disponible.

—¿Estarás en la fiesta esta noche?

—¿Es verdad que estás casado?

—¿Puedes darme tu número de teléfono?

—¿Por qué no me sigues en Instagram?

Esas son las primeras preguntas que logró escuchar antes que un flash sea disparado justo en mis ojos y una chica que jamás había visto antes me intenta robar un beso. La agarró por los hombros y con una sonrisa la alejo de mi rostro.

—Chicas, chicas—hablo con el tono mas coqueto que logró hacer en esta situación y niego con la cabeza seguido de eso llevo mi dedo índice a mis labios pidiendo silencio. —Todas ustedes son mujeres asombrosas—les guiño un ojo y sonrió cuando guardan silencio para escucharme.—Quiero que sepan que me hace muy feliz que apoyen al equipo, son las mejores. Ahora voy a responder brevemente sus preguntas porque tengo algunas cosas que hacer.

Química Innegable© (LDD#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora