𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏

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MIREN QUE HISTORIA
VOLVIÓ DEL INFRAMUNDO
Y CON CAMBIOS PORQUE SI:)
(Con cambios me refiero a que saque y agregue algunas cosas y cambie
algunos nombres:) )
EL PRIMER CAPÍTULO SIGUE IGUAL (creo)
So... Enjoy!

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Disney High es una respetada escuela ubicada en la ciudad de Walt Disney, uno debía viajar una hora para llegar a la ciudad vecina: DreamWorks. La escuela de aquella ciudad poseía una rivalidad con la de Disney High, nadie jamás supo la razón, pero nadie quería saberla. Los alumnos de ambas escuelas cometían diferentes acciones con tal de dar a conocer que su escuela era la mejor.

Fue durante el primer día de clases que un nuevo rumor se escaria por los pasillos, una nueva estudiante había llegado y parecía que tenia algo peculiar que lograba atrapar a cualquier chica que cruzará su camino. Anna Marsh era la nueva chica de la escuela y ninguna mirada paso desapercibida por ella. Chicos y chicas habían caído a sus pies de solo verla pasar a su lado. Cabello rubio fresa, ojos turquesas, pecas en todo su rostro y una encantadora sonrisa que sacó más de un suspiro.

Claro que nadie dejó de hablar de ella durante todo el día, y la noticia había llegado a oídos de un pequeño grupo de chicas que compartía mesa con dos chicos más. Seis adolescentes discutían de diferentes temas hasta que Moana, una chica de piel morena y cabello marrón, decidió sacar a debatir el tema del que todo el mundo había comenzado a hablar ese día.

– ¿Han oído? La nueva chica está arrasando con todos. – comentó mordiendo un sándwich –. No solo los chicos cayeron por ella, ¡También las chicas!

– Y entiendo el porqué – confesó Rapunzel con una sonrisa –. Es hermosa, encantadora... ¡Y adorable! No sé que tiene, pero es todo un bombón – suspiró apoyando su mentón sobre sus manos. Otra caída.

Eugene y Kristoff asintieron, secundando las palabras de Rapunzel. No lo dirían en voz alta, aunque era más que obvio que también habían caído a los pies de aquella nueva estudiante, Mérida no habló durante el almuerzo y nadie quiso empujarla a hacerlo. Pero tarde o temprano haría algún comentario.

La única ajena a toda la conversación era una chica de cabello rubio platinado, sus ojos azules se encontraban fijos en las páginas de su nuevo libro. Sus labios, con un poco de labial rojo, el cual resaltaba en contraste con su piel blanca cual porcelana, se encontraban formando una línea recta mientras pasaba la página. Su ceño ligeramente fruncido mientras su lectura avanzaba. Debió peinar su flequillo hacia atrás al verse incomoda, tratando de no perder el ritmo.

– ¿Qué opinas tú, Elsie? – preguntó Eugene Fitzherbert, causando que todos los demás se fijaran en la platino y en su respuesta tan uniforme.

– Que deberían hablar de otra cosa – contestó levantando, por primera vez, la cabeza para verlo. Una pequeña sonrisa se mostró en sus labios antes de continuar –. Además, no es de mi interés el tema de conversación, no me lo tomen a mal, pero poco me importa como es esa chica. Hablen si quieren, solo que no esperen alguna opinión de mi parte.

– Lo dices sólo porque no la has visto aún, créeme lo que te digo Elsa, esa chica tiene algo que logra llamarte la atención apenas pasa a tu lado – habló Kristoff con cuidado –. Quizás como no sabes de ella ni te la has cruzado, no te importa, pero una vez que...

El timbre que daba finalización al almuerzo se escuchó, resonando por toda la cafetería y desolados pasillos de aquella enorme escuela. Kristoff suspiró frustrado al verse interrumpido, aun así, dejó en claro su punto. Con calma, cada uno levantó su bandeja y desecho lo que ya fue usado. Siendo Elsa la última en hacerlo, le gustaba tomarse su tiempo para cada cosa que realizaba, además de que, si tardaba, seguiría siendo la primera en llegar a la clase. Guardó el libro en aquel bolso azul cielo que solía usar en la primer y última semana de clase, sujetó su cabello en una coleta al revisar sus horarios: química. Significaba laboratorio, lo que, además, significaba idiotas que mezclarían cualquier cosa y causarían una explosión.

Tʀᴏᴘʜʏ Gɪʀʟ | ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora