𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟗

1K 104 39
                                    

El ático siempre era un lugar aterrador para muchos, repletos de recuerdos o tétricos objetos que te sacaban un gran susto de solo verlos. Pero no era el caso, Runeard había limpiado y creado un gran espacio para convertir aquel lugar en un pequeño privado cine. Una pequeña máquina para hacer palomitas de maíz, un mini refrigerador y varios puffs de colores oscuros. Había una gran manta blanca colgada en un extremo y un proyector sobre un estante que no molestaba a nadie.

Anna sonrió al ver todo, era tal cual se imaginó tras escuchar a Elsa proponerlo. La albina la guio por el pasillo hasta llegar casi a la mitad, tanteando el techo hasta dar con una pequeña cuerda que, al ser jalada, permitía el descenso de una escalera. Elsa tropezó con sus propios pies al querer subir rápidamente para dejar a su novia verlo. Sujetó la caja de la película y tomó la caja de pizza para que Anna pudiera subir.

– Es increíble – susurró Anna al verlo mejor.

– ¿Verdad? Ayudé con la decoración – confesó Elsa dejando la caja de pizza sobre uno de los puff.

Anna dejó lo demás y tomó la película para poder ir encendiendo el proyector. Volteó viendo como Elsa abría una bolsa de frituras y se llevaba unas a las bocas. ¿Cómo podía verse tan adorable comiendo una maldita fritura? Anna no entendía y tampoco quería hacerlo, la albina la tenía a sus pies con cualquier gesto. Sonrió de lado, sonrojándose apenas descubrió que su novia la estaba mirando con diversión. No pasaron tres minutos para que Anna logrará poner la película, dejándose caer sobre uno de los puff. Apenas apareció el título, Elsa ya se encontraba acabándose la primer bolsa.

Pasada una hora y media, Anna volteó encontrándose a su novia más que dormida y no evito sonreír por eso. Quedándose unos cuantos minutos en los que permaneció observando y apreciando el rostro de aquella chica que robó cada uno de sus suspiros y sueños más profundos. Se mordió el labio, observando las pequeñas pestañas, seguido de su nariz, aquella pequeña y tierna nariz que estaba cubiertas de suaves pecas poco visibles, aquello solo la hizo sonreír mientras su mirada bajaba hasta el mentón, pasando por sus labios.

– Elsa – llamó moviendo su brazo, sin resultado alguno –. Elsa, despierta – Anna repitió su acción anterior, recibiendo nuevamente el mismo resultado –... vamos trophy girl, despierta.

Elsa gruñó, abrazando la segunda bolsa de frituras que comenzó a comer hasta llegar a la mitad y caer. Anna soltó una dulce risa de solo verla removerse, debió levantarse para pausar la película y le quitó la bolsa de frituras de los brazos de su novia. Beso su mejilla varias veces hasta verla removerse en el lugar. Elsa abrió los ojos poco a poco hasta lograr enfocar la vista en su novia.

– ¿La película ya terminó? – preguntó en un susurro.

Anna dio una corta risa, negando ante su pregunta.

– No, te perdiste la gran revelación... pero te ves cansada – susurró Anna – ¿Quieres ir a dormir ya?

Elsa asintió, extendiendo sus brazos para que Anna pudiera cargarla, lo que hizo a la pelirroja soltar una carcajada de solo verla hacer aquel gesto tan adorable. Sin pensarlo mucho, paso su brazo debajo de sus piernas y colocó el otro en la espada de la albina para conseguir cargarla. De inmediato Elsa sintió el calor de la pelirroja y se apegó a ella sonriendo de forma leve.

– Elsa... ¿Cómo se supone que bajaremos una escalera tan pequeña así? – bromeó la pelirroja.

La albina gruñó de solo pensarlo y debió bajarse de su novia solo para recoger las cosas y bajar después de Anna, que terminó por volver a subir la escalera. Hubiera sido divertido ver los intentos de su novia por bajar las escaleras con ella encima y rogando por no caer.

Tʀᴏᴘʜʏ Gɪʀʟ | ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora