𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟒

796 86 31
                                    

Elsa despertó envuelta en las sábanas de Harry Porter, se arropó lo suficiente al sentir el frío rozar su espalda desnuda. No quería despertar, estaba cómoda, pero dejó escapar un suave gruñido al sentir la luz del sol atravesando las ventanas y molestando su sueño. Abrió un poco los ojos, tratando de acostumbrarse a la luz antes de sentarse. Se cubrió el cuerpo con las sábanas y la habitación de Anna con su pequeño desorden, quizás había empacado en la oscuridad. Giró un poco el rostro, viendo dos pastillas y un vaso con agua, junto a una pequeña nota con el mismo símbolo que tenía la lámpara de aquel duendecillo.

Se inclinó hacia el aparador y decidió leer la pequeña nota que Anna había escrito. Pensó por un momento en que la pelirroja había salido para buscar el desayuno... o lo que fuera, pero la nota decía lo contrario.

"Buenos días preciosa! O tardes?;

Me sorprende que no te despertaras por los gritos de mi hermano, creo que te dejé muy cansada jaja. ¿Puedes creer que Hans no me dejó llevar mi colección de cómics? ¿Cómo me voy a entretener en las cuatro horas si tampoco me deja poner música? ¡Hasta le sugerí poner a la rubia que te gusta! Bastardo.

Como sea, te deje un ibuprofeno por si despertabas con dolor ;) también la otra pastilla y un vaso con agua, puedes comer lo que quieras luego. Tus padres tienen copia de las llaves por cualquier cosa, mamá les pidió regar las plantas... son de plástico, pero no quiero romper su ilusión. Puedes llevarte algo de mi ropa por si quieres, pero devuélvela luego por favor. Me estoy quedando sin nada:(

Te adoro Elsa...

Vaya, eso sonó como despedida...
NO ES UNA DESPEDIDA.

Te llamaré en cuanto llegue a la casa.

Que la fuerza te acompañe,

Anna.

PD: Te juro que no es un símbolo satanico, por favor avísale a tu madre eso también porque me lanzó agua bendita cuando vio mi camiseta.
Y HAZME EL FAVOR DE VER STAR WARS. Tienes un mes."

Una sonrisa se dibujó en sus labios de solo imaginar a la pelirroja intentando escribir con los gritos de su hermano. Si, definitivamente Anna se había ido y la dejó sola en la cama, desnuda y con dolor en varias partes de su cuerpo. Se llevó la primera pastilla a la boca, dando un largo trago de agua para pasarla y continuar con la siguiente.

Elsa se levantó, quejándose al caminar hasta recoger algo de la ropa de Anna para meterse al baño. De acuerdo, se sentía ligeramente fuera de lugar al estar completamente sola en la casa de su novia, incluso elegir ropa sin la mirada crítica de la pelirroja detrás de ella para ver que tomaba.

El agua había logrado relajar sus músculos, haciéndola suspirar. Cerró sus ojos, tomando el tiempo necesario debajo del agua tibia. Al terminar, tomó la toalla antes de poder aspirar el claro aroma de la pelirroja impregnando. Se colocó la ropa interior que había sacado del cajón de Anna, un sostén deportivo y un bóxer de Spiderman porque su propia ropa interior estaba... sucia.

Pasó alrededor de media hora en buscar la ropa que lograra combinar y no recibir algún regaño de Anna en cuanto llamara. Terminó tomando cinco camisetas que dejó sobre la cama, estando con solo un short deportivo y sus preciadas vans.

– Si... me estoy convirtiendo en Anna – habló cuando se encontró en la misma situación que su novia –. Buscaré mi camiseta.

Apenas recogió su propia ropa, peinó su cabello en aquella trenza de siempre y salió luego hacer la cama y llevarse consigo al peluche del pequeño duende verde. Después de todo, Anna no lo iba a necesitar.

Tʀᴏᴘʜʏ Gɪʀʟ | ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora