𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟕

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Aún no lograba creer lo que acaba de suceder, tampoco es que lo pensara mucho. Se había entregado a Anna... dos veces... Ella había tomado el control por un rato, escuchando a su novia suspirar con cada movimiento que realizaba y marcándola por completo.

Anna la hizo sentirse demasiado bien. Cada roce, beso, embestida. Todo logró hacerla disfrutarlo hasta el punto de aceptar una segunda ronda porque tanto su cuerpo como su mente se lo rogaban, tenía energía y quería gastarla en ella. Suspiró pasando sus manos por su rostro, dejando que la lluvia de la ducha cayera sobre su espalda y ayudara a sus músculos a relajarse.

Peinó su cabello hacia atrás, quitando el exceso del shampoo y buscando la temperatura perfecta. Escuchaba voces al otro lado de la habitación, al igual que gritos y disparos. De seguro Anna estaba viendo una de sus tantas películas de superhéroes mientras ella se duchaba. Al final, cerró la llave y tomó su toalla para envolver su cuerpo, al igual que otra para secar su cabello mientras salía de allí.

Estaba en lo correcto, la pelirroja estaba con un sujetador y sus bermudas. Tan pronto Anna notó su presencia, le dio una amplia sonrisa.

– Hey, trophy girl, ¿todo bien? Porque pasaste un largo rato ahí dentro, ¿acaso no quedaste satisfecha? – preguntó Anna en tono divertido.

La albina levantó una ceja al escuchar la diversión en la voz de su novia, quien le sonreía de forma inocente, como si no supiera lo que su tono de voz le causaba.

– Sigues cojeando, cariño – observó Anna entre risas – ¿Tan duro te di?

– Ja ja, muy graciosa.

Elsa le arrojó la toalla con la que estaba secando su cabello, escuchando como las risas de Anna se volvían más fuertes por su reacción, no estaba acostumbrada a hablar de eso con alguien y la pelirroja no la estaba ayudando.

Anna se levantó para darle espacio y privacidad a su novia, sobre todo porque estaba más que segura que si la volvía a ver sin ropa, desearía volver a hacerla suya. Pero verla hacer una mueca al sentarse o levantarse, le dejaron en claro que la hizo sentirse bien.

Bajó las escaleras mientras llevaba su teléfono hasta su oreja, le causó intriga que los demás todavía no llegaran y, por eso, decidió llamarlos para averiguar dónde estaban.

– ¡Bjorgman, hey! – saludó apoyándose en la isla de la cocina – ¿Están llegando o no? Porque se supone que vendrían en la tarde y son casi las tres... No me digas que se perdieron.

"Créeme que me gustaría decirte que sí, Anna, pero perdimos una rueda... ¡Cállate, Rapunzel, estoy hablando! ¿Cómo perdiste un zapato? ¡Rapunzel no puedes quedarte descalza! ¿Por qué? Hay enfermedades y puedes pisar algo raro, Ryder ayúdala a buscar el zapato... ¡¿Cómo que no saben en cuánto tiempo vendrá la grúa, Eugene?! ... ¡Rapunzel suelta ese mapache! ¡No pienso subirlo al auto! Anna, te dejo porque ninguno de ellos va a sobrevivir sin mí, te llamaré cuando estemos cerca."

Anna rió negando mientras dejaba el teléfono a un lado y se disponía a preparar algo para almorzar, de seguro Elsa estaba igual de hambrienta que ella luego de su acto. Revisó cada sección para buscar lo que necesitaba.

Se concentraba en cortar los vegetales que usaría, habiendo puesto la playlist que Elsa creó para ambas y cantando a todo pulmón el coro de As It Was porque la albina solía tararearlo todo el tiempo.

Se sobresaltó cuando las manos de Elsa se apoyaron en sus hombros y sintió todo el peso del cuerpo ajeno contra el suyo, haciéndola reír torpemente. Se volteó encontrando a la chica con unos shorts blancos, la camiseta gris con el escudo de Ravenclaw que Anna le entregó y unas sencillas sandalias.

Tʀᴏᴘʜʏ Gɪʀʟ | ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora