23.- Daño

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❝Todas las cosas llegan, le hacen a uno daño y se van❞

Después de una gran siesta y un sueño extraño en su cama lo había notado, tal vez se había pasado un poco con Lisa.

Pero bueno, no siempre va a tener su versión buena, por lo cual en esos momentos no era algo de lo cual iba a preocuparse, además de que no tenía la mente para eso. El alcohol en su sistema hacía que las cosas no tuvieran sentido y dejaran de importarle, quería seguir tomando, por lo cual se vistió con lo primero que encontró en el piso y bajo descalza a la sala.

No sabía qué hora era, pero debía ser tarde, los rayos del sol estaban asomándose por los ventanales y ya no había casi nadie, las pocas personas que estaban dormían pesadamente seguramente intoxicadas a más no poder.

En la barra de la cocina había decenas de botellas de todos los tipos de alcoholes, como si hubiera recorrido el desierto, tomó la primera botella a su alcance y empezó a ingerir desesperada el contenido de esta.

Creyó estar sola hasta que escuchó a alguien hablar a sus espaldas — Buenos días Jennie.

Conocía tan bien esa voz que su cuerpo reaccionó solo, quería pensar que era un invento de su imaginación,pero sabía muy bien que esto no era así.

Lentamente se giró encontrándose con aquel hombre que venía acechándola desde hace unos meses. Como estaba de pie, espero que no notará sus piernas temblando debido al miedo, trato de disimular esto tensando su cuerpo, no debía de ser débil, no quería serlo.

Pasó saliva y lamió sus labios antes de hablar—Hola, Taeyang.

Se paseó lentamente hasta la barra y se posicionó en frente de ella, al notar como estaba bebiendo rió un poco, una risa que le ponía los pelos de punta.

—Que buen desayuno está tomando mi pequeño cubito de hielo—sus ojos viajaron de arriba hacia abajo, Jennie había decidido adoptar un gesto serio, esa expresión usual que tenía cuando se encontraba en este mundo y más que nada cuando se rodeaba de estas personas—supongo que los viejos hábitos nunca se dejan.

—Lamentable no, como ya lo podrás observar—en estos momentos no podía jugar a ser la perra que solía ser usualmente, si había alguien de quien tuviera que tener cuidado era del hombre fornido que se estaba parado junto a ella—¿Qué es lo qué quieres?

El hombre negó con una sonrisa altanera —Directo al grano ¿por qué siempre has sido así? ¿No piensas invitarme una taza de café primero?

Jennie sabía que había comida suficiente en su alacena, pero en definitiva no iba darle nada a ese mal nacido—No hay nada que te pueda gustar, lo siento.

Se encogió de hombros—Tendré que traer mi propio desayuno—saco de su pantalón una pequeña bolsa de plástico, en esta había lo que parecía ser un polvo blanco, esparció el contenido en la barra para después formar dos líneas. Inhalo una de estas a gran velocidad, Jennie solamente observaba sabiendo lo que iba a suceder a continuación. El hombre señaló con la mano que era su turno, Jennie suspiro, pero de todas maneras acepto.

Sin siquiera poder terminar media línea, sintió como era tomada por la parte trasera de su nuca para después con una gran fuerza ser levantada y estrellada en esta misma superficie. Por unos momentos todo en su vista se volvió blanco, su cara estaba caliente y de esta salía sangre sin pena alguna. Tuvo que abrir la boca bien para tomar algo de aire, sin embargo, termino escupiendo.

Con todavía su cabello entre sus manos, el hombre acercó su rostro al suyo— Pequeña perra, sé que él te tiene paciencia pero tienes que adivinar algo, yo no la tengo—Parecía tener fuego en sus ojos, Jennie intentaba verlo a los ojos, pero sin duda alguna ese golpe la había dejado muy atontada, el dolor que recorría toda su cara no la dejaba pensar y ni siquiera responder una palabra—así que déjame ponerte las cosas en claro de una vez por todas—intensificó su agarre en su cabello logrando que un gemido doloroso saliera de sus labios— o haces lo que se te mando a hacer desde un principio, o alguien más tendrá que pagar las consecuencias.

Love me or hate me ; JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora