7.- Amigas

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  ❝No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad❞ 

Una pequeña celda, un gris demasiado deprimente en las paredes. Y ahi estaba sola Lisa, Jennie estaba afuera declarando lo ocurrido. La pelirroja ya lo había hecho.

En un caso común, Lisa hubiera reaccionado con sensatez y calma. Pero eso era lo último que sentía en esos momentos. Un torbellino de emociones la envolvía de tal manera que no sabía que demostrar en esos momentos. Por lo cual un mueca seria estuvo en su rostro hasta que escucho como arrojaban a la castaña a la celda.

—¡TENGO MIS DERECHOS IDIOTA!—despotrico Jennie contra el guardia que la dejó. Se separo de las rejas para sentarse a lado de la pelirroja.

Bien, ahora lo que debía tener Lisa era calma.

Calma.

Calma.

—¿POR QUÉ MIERDA HICISTE ESO?—grito sin reparo sobresaltando a la castaña.

—No lo sé, mierda—tomó su pelo entre sus manos y lo llevo hacia atrás en un ademán, su nerviosismo era notable para ella—todo esto no hubiera pasado si tan solo le dabas la puta chaqueta...

—¡MALDITA SEA JENNIFER!—gritó de nuevo siendo callada por un guardia el cual con un golpe en las rejas pidiendo silencio, bajo la voz—No puedes ir por la vida regalando cosas que no son tuyas...esa puta chaqueta tiene mucho valor sentimental para mí...

—Déjame adivinar, te la dio Chaeyoung.

Pego su lengua contra mejilla irritada—Esa chaqueta me la dio un amigo muy especial. Me mudé de Tailandia, Bangkok hasta acá,  los dos nos conocemos desde niños, no lo he visto en un buen tiempo—mordió  sus labios con fuerza, casi en un susurro termino de hablar—lo extrañó.

Tomó sus rodillas y las pego a su pecho, el recordar todo ese asunto la ponía nostálgica. A una corta edad tuvo que mudarse de su país natal a uno el cual era desconocido para ella ¿Los motivos? simple, al ser su padre un buen contador, no dudo dos veces en mudarse cuando una buena oportunidad nació. Un gran cambio marco su vida desde que subió a ese avión y no regreso de nuevo. Un nuevo idioma, una nueva cultura y el inevitable rechazo indirecto por su procedencia fueron los factores que tuvo entender y aprender a lo largo de los años en su estancia aquí.

Había dejado muchas cosas buenas atrás, aquél pedazo de tela y cuero era lo último que poseía de su amistad, está seguía pero no de la misma manera en que lo hacía antes. A pesar de que llevará casi toda su vida en Corea, aún sentía que su corazón pertenecía a Tailandia.

—No lo sabía—en su boca se formo un puchero, parecía querer decir algo, pero no podía—No quería que las cosas resultaran así, bueno no casi todo—admitió.

—¿Qué es la excepción?—inquirió sin prestarle demasiada atención, esta estaba dirigida a la otra persona en la celda parecía querer encontrar un tesoro en la pared ya que sus expresiones eran de felicidad, muecas sin sentido las cuales eran causadas seguramente por una droga demasiado fuerte.

—Ese beso—Lisa lo había olvidado, todo el caos provocado había hecho que su mente bloqueará ese recuerdo. En aquel momento se había sentido tan bien pero ahora solo un sabor agridulce estaba presente en su boca.

—No me gustó—declaro levantándose para irse al otro extremo de la habitación para evitar todo ese asunto.

La castaña la miró con una expresión incrédula y divertida—no parecías pensar lo mismo cuando trataste de meter tu lengua en mi boca...

La otra dama en la habitación no pudo evitar abrir la boca asombrada, rápidamente cambió su expresión al ser atrapada por Lisa quién rápidamente excusó.

Love me or hate me ; JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora