18.- Debilidad

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A causa de la debilidad de nuestros sentidos no somos capaces de juzgar la verdad

Momo nunca había sido alguien que llamara mucho la atención, los únicos puntos destacables que la rubia tenía eran su talento en el baile y su procedencia que era diferente que al de la mayoría, o al menos eso pensó hasta que empezó a notar una mirada encima suyo estos últimos días.

Pretendía que no lo notaba, pero ¿Cómo no iba a notar la mirada de Jennie Kim? quisiera o no, eso lograba ponerle nerviosa de muchas maneras, y no las más heterosexuales para ella.

Ambas estaban en el taller de danza, al compartir clase eso implicaba que ambas estaban en la misma habitación de lunes a viernes un par de horas, en ese par de horas pasaba mucho, o al menos eso Momo percibió hace poco.

La castaña era una buena bailarina, aprendía los pasos con gran facilidad, además de que podía bailar varios estilos de baile, ganándose la admiración de sus compañeros de clase, por supuesto que de ella también. Había escuchado lo que decían de ella, así como había personas las cuales decían que era una dulzura, habían personas que no la bajaban de zorra interesada.

Pero no sabía que esperar, siempre fue curiosa de muchas cosas, y entre esas cosas estaba Jennie. Al terminar clases decidió ir con ella con ella.

Tocó su hombro con timidez, Jennie se giró y le regaló una sonrisa cálida que rápidamente la hizo entrar en confianza—So-lo quería decirte que me gusta mucho como bailas, me gustaría llegar a hacerlo como tú algún día.

Llevó un mechón de cabello atrás de su oreja—Vamos, no tienes que ser modesta Momo, tú bailas mucho mejor yo.

Sus mejillas se calentaron, rió sin saber que responder, debió de haber parecido muy tonta ya que Jennie sólo sonrió pequeño antes de salir de la habitación, no sin antes despedirse guiñándole el ojo. Un buen sabor de boca se quedó impregnado el resto del día ya que incluso Dahyun lo notó.

—¿Por qué tan feliz Momoring?—caminaban de regreso a su hogar, sus casas no estaban muy lejos por lo cual compartían camino. Momo miraba a la nada y sonreía sin sentido, se limitó a encogerse de hombros, ella tampoco lo sabía con exactitud.

***

Rosé se había inscrito a música ya que esta siempre estuvo en su vida, o al menos eso intentaba que pasará. Su madre a menudo quería decidir en su vida, y la primera vez que lo hizo fue diciéndole que creer, fue así como llegó un día a la Iglesia.

No había muchas cosas que hacer, ya había leído aquel libro fantasioso que su madre le había regalado y sabía los rezos que se debían practicar. Vagando por la iglesia y sin mucho que hacer vio como unos jóvenes tocaban varios instrumentos, emocionada y de manera inocente se acercó a ellos a preguntarles que es lo que se encontraban haciendo. Resultaba curioso para ella que la Iglesia tuviera un coro, sin embargo, no se lo pensó dos veces a la hora de unirse. Ahí aprendió a tocar varios instrumentos, su estancia ahí fue buena pero no lo suficiente como para llenar su lado artístico, eso por eso que se inscribió en el taller de música.

A pesar que fuera un hobby que le apasionara de sobremanera, no siempre podía ser la salida de todos sus problemas. Y lo notó cuando no podía dejar de pensar acerca de su pelea con Lisa, las cosas habían tomado un giro completamente distinto al que debía, se supone que debía acercarse a la pelirroja, no alejarse de ella.

Mordía sus labios y rebotaba el borrador de su lápiz de manera continua. Buscaba el mismo error que cometía a la hora de querer hacerle saber su descontento sobre toda su "relación" Jennie, pensó, pensó y pensó hasta que finalmente lo encontró. El error era que, si quería proteger a Lisa de esa, no debía hablarlo con ella sino con la causante de que toda su relación haya cambiado.

Love me or hate me ; JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora