Love me or hate me ; Jenlisa

22.- Confianza

❝La confianza del inocente es la herramienta más útil del mentiroso❞

Lisa confiaba.

Al menos eso trataba de hacer con la desconocida a lado suyo que decía aquello que ella ya sabía con certeza pero no quería aceptar. Que tan curioso era ese sentimiento de saber la verdad de las cosas pero aún así querer creer lo contrario.

—Perdón por hablar así de Jennie, no tenía idea de que sentías algo por ella— Dahyun se disculpó, el tono de su voz parecía sincero por la manera en la que tomaba sus propias manos y las acariciaba sin poder siquiera mirarla.

—No tienes que disculparte, igual, si no sintiera nada por ella aún así no tendrías que hablar así de Jennie— suspiró pesado pero igual asintió, su rostro se había vuelto melancólico ya que había tomado una forma diferente. El ruido de la fiesta afuera se colaba por debajo de la puerta mezclándose con el eco del baño causando un sonido un tanto relajador.

—Tienes razón— dio una pausa—Sin duda alguna soy una mierda.

Lisa recordó el estado en el que la pelinegra se encontraba, había estado bebiendo y había sacado todo lo que tomaba espacio en su estómago. Los borrachos tenían varías etapas y creía que la depresiva estaba por venir.

—No eres una mierda Dahyun—consoló Lisa posando su mano en su hombro y estrujando de manera amistosa su carne. Tenía los músculos tensos en esa parte— es decir apenas te conozco pero apuesto que no lo eres.

—Claro que lo soy, se que Momo solamente me tolera debido a que siente pena por mi— mordió sus labios fuerte mientras trataba de no llorar— además de que ahora mismo estoy siendo una hipócrita contigo.

—¿Por qué dices eso?— inquirió confundida, Dahyun habló en un susurro casi imperceptible para ella.

—Porque yo soy quien escribió todas esas cosas en la página, acerca de Jennie, acerca de ti acerca de todos en la escuela.

Tardó en reaccionar, pero lo hizo, y no de la mejor manera. Eso había ocasionado un sentimiento negativo en varias personas, o no en varias sino en muchas. Estar en la preparatoria no era fácil, pero en definitiva lo era mucho menos si alguien inventaba rumores falsos y ponía en juego tu reputación.

O simplemente tú salud mental.

—¿A caso eres retrasada? ¿Qué demonios querías lograr con eso?— gritó enfadada parándose, la pelinegra se mantenía sentada y al escuchar el grito se encogió un poco en sí misma.

—No lo sé...—balbuceo entre sus lágrimas, el sentimiento de impotencia no se iba del pecho de Lisa, quien no satisfecha siguió su discurso.

—Si duda alguna tienes que estar demasiado enferma como para hacer lo que estás haciendo— se revolvió su pelo aún sin creer lo que escuchaba. Cuando pensaba en la posible persona detrás de la página se imaginaban a alguien más grande, más... ¿malo? Sin duda Dahyun era la última persona de la que pudo haber sospechado, era alguien que parecía no matar ni una mosca, parecía inocente. Sin duda no debía de juzgar a un libro por su portada, pero entonces un foco rojo se encendió su mente.— Esto no lo pudiste haberlo hecho tu sola, tuvo que haberte ayudado alguien... ¿fue Momo verdad?

Dahyun más alerta que nunca se levanto tomando de los hombros a Lisa—No, no, no te lo juro que no, ella no tiene que ver nada en esto, todo fue idea mía.