13

2.5K 245 180
                                    

—¡Ya pasaron dos semanas! —pataleó el mitad humano caminando.

—Sé paciente —murmuró la perla.

—¿Paciente? ¡Ja! Paciente fui a los primeros días —gruñó nuevamente y se sentó en una piedra a descansar. Sacó la gema y la miró atentamente. —¡Oh, no! ¿Y si está rota? —chilló angustiado. La perla lo miró con desdén.

—No lo está, debes relajarte —agarró la gema y la metió nuevamente a la mochila. —Relájate —le picó la mejilla y siguió caminando, seguido de Steven.

—¡Es injusto! —tironeó de su cabello.

—No lo es, solo se toma su tiempo —él rodó los ojos.

—Pero me preocupa —ella lo miró pícara.

—¡Te gusta! —afirmó. Él gruñó.

-¿Una espinela? ¡Ja! Claro -ironizó.

—Claro que sí —afirmó y picó las mejillas coloradas del diamante.

—Nos conocemos hace poco —ella suspiró.

—Se conocen hace casi un año, Steven —levantó una ceja y se detuvo frente a un letrero que decía "Bienvenido a Ciudad Playa".

—Bien, quizás me atrae —ella rió.

—Tu madre también me atraía —le guiñó el ojo y Steven hizo una mueca.

—Oh, no —susurró.

-Tu madre era perfecta: divertida, traviesa y muy atractiva -él gruñó. -Logró corresponder a mis sentimientos...

-Hasta que llegó mi padre -burló y ella lo miró melancólica.

-Muchas veces me haces acordar a ella, Steven -besó su frente con dulzura. Él sonrió de lado y se quedó mirando a la perla, que giraba su rostro. -¡Oye! -señaló un punto es específico -¿esa no es la humana que miraban la otra vez? -preguntó pícara y él giró la cabeza. Allí estaba ella, sentada en una banca.

-Oh... Claro -se sonrojó y observó a la distancia su belleza. La perla lo miró y le dio un empujoncito. -¿Qué? -frunció el ceño y miró a la perla.

-Nunca hiciste amigos humanos, Steven, es hora de hacerlos -él miró nuevamente a la morena y contuvo el aliento, comenzando a caminar determinado a ella. Al estar cara a cara, ella levantó su mirada del libro, dando un reflejo en los ojos del medio orgánico.

-¿Necesitas algo? -preguntó al notar que el chico la miraba raro durante minutos sin decir nada.

-B-Bueno... -aclaró su garganta y sonrió -... ¡Soy tú! -apretó las correas de su mochila. -¿Y Steven? -su sonrisa se volvió nerviosa.

-¿Qué? -ella parpadeó y él soltó un quejido.

-¡Oh...! Mierda... -susurró. -Yo ser... Steven, ¿y tú ser? -ella frunció el ceño.

-¿Te estás burlando de mí? -él negó repetidas veces.

-No, no, solo estoy... Nervioso, ¡Sí! Eso... ¡No! Eso no debía decirlo -se restregó sus manos contra su rostro y lo golpeó. -Comencemos de nuevo, yo soy... --

-¡Connie! -ella miró detrás del chico y se paró, arreglando su vestido.

-¡Papá! -corrió hacia un hombre moreno y le sonrió. Comenzaron a hablar de forma trivial, ignorando al chico. Él gruñó y suspiró. La perla se le acercó.

-¿Mal día? -él la miró con desprecio.

-Ya tengo novia -se burló y caminó hacia el granero.

-¿Novia? No pensé que considerases a Spinel como tu novia -él se detuvo, colorado y miró a la chica.

-¡¿Qué?! ¡¿Cuándo dije eso?! -ella rió.

-Recién.

-Es mentira -rió a lo bajo. Llegaron a la cabaña del hombre llamado Greg. Él cruzó miradas con Perla y tocaron la puerta. Al cabo de unos minutos salió, mirándolos sorprendido.

-¡Steven, Perla! No dijeron que vendrían -el menor suspiró.

-¿Podemos pasar? -preguntó.

Miénteme nuevamente
Muévete con cuidado
Que tu cuerpo no es tan aparente
Que esto no sucede en vano

Mi egocentrismo no dicta
Alguna escasa mentira
Mis ojos te odian
Y mi razón te lastima

🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀
¿Les gustó? Espero que sí. Si alguno tiene alguna duda me avisa uwu

My Diamond Hates Me | Stevnel [Diamond Steven Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora