My Diamond Hates Me | Stevnel [Diamond Steven Au]

11

La espinela estaba pensativa, mirando a la ventana de aquella habitación. Estaba esperando a su diamante y a la perla respectiva.

Se estaba preguntando lo que había pasado con esa humana y en la torre, esas miradas, ese roce de labios.

Se tocó los labios. Aún se sentía aquella calidez. Tenía miedo que fuera la única que sintiese eso, temblaba de vez en cuando cuando llegaba a pensar que solo la manipulaba.

Suspiró. Eso hacía, ¿verdad? Después de todo lo dicho. Ella se restregó las manos contra el rostro y soltó otro suspiró, intentando calmarse. Las lágrimas amenazaban sus ojos. Es que la calidad que sentía como Rose, no la sentía estando separada de Steven. Cuando estaban ambos juntos, era hermoso, ella se sentía completa, se sentía... Útil. Pero luego al separarse, él volvía a ser frío y bruto.

-Llegamos, Spinel -pronunció el Rey de Roma entrando. Él parecía molesto, se notaba por su ceño fruncido y la mueca.

-¿Qué pasó? -la rosada se acercó curiosa.

-Él comentó los tantos ataques y apariciones que hicimos como Rose y simplemente le negaron. Le dijeron que era un diamante y que no debía preocuparse por eso, que debía solo... -se encogió de hombros -... Destruir a Rose -pronunció la perla.

El diamante se tiró el cabello hacia atrás, gruñendo.

-¡Tenemos que hacer algo! -exclamó. La perla bajó la mirada pensativa y la espinela se acercó a él, compasiva.

-Calma, Steven -susurró agarrando con cuidado las manos del contrario. Él suspiró y le sonrió de lado.

-Está bien, bombón -pronunció. La espinela parpadeó confundida. "Bombón" era un apodo que últimamente le decía a la menor. -¡Pero odio que ellas me digan eso! -apretó el agarre y cerró los ojos con fuerza. -Piensa, piensa -balbuceaba repetidas veces. -¡Ya sé! -exclamó, chasqueando los dedos. La espinela y la perla lo miraron. -Hay que destruirme.

-¿Destruirte, mi diamante? -cuestionó Perla acercándose. -Es imposible.

-Nada es imposible si tienes un gran poder -habló egocéntrico. La espinela aplanó los labios. -Bueno, tengo una idea.

¿Y ahora qué puedo hacer?
Moviendo de forma irracional
Dime un nombre al azar

Ven y define mi verdad
Te amo ¿no es así?
Intentaré comer el fruto
O moriré en el intento