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Perla caminaba de un lado a otro, había llegado la noche y la gema menor no había llegado. El humano estaba inquieto mirando a su perla.

—¿Discutiste con ella? —el menor asintió repetidas veces. —¿La buscaste?

—Luego de discutir, a las horas y no la encontré —la perla mordió su labio inferior y suspiró. Fue al transportador que había en aquella casa y se paró allí. —¿A dónde vas?

—A buscarla, tú sigue buscándola en Ciudad Playa —el transportador se activó, dejándola desaparecer.

Él maldijo a lo bajo y agarró una linterna, para salir a buscarla. Caminaba por aquella ciudad maldiciendo. Recordaba aquella pelea y las imprudencias que había dicho a su amante. Fue demasiado lejos con dicha pelea. Ella no le molestaba el hecho donde él se fusionase con otras, le molestaba el hecho aquel amor que había surgido entre ambos humanos. Ella sentía que no sería capaz de parar eso. Que ella no sería de capaz de...

—... Enamorarme —sentenció él mirando las calles de la ciudad angustiado. ¿Dónde estaba ella? Unos sonidos se escucharon en un callejón, llamando la atención del menor que comenzó a caminar hacia dicho lugar. —¿Spinel? ¿Estás ahí? —alumbró a silueta rosada que estaba en la esquina del callejón sollozando. Él al percatarse que dicha silueta tenía unas coletas, pensó que no era su amante. —Oh, eres solo una humana —balbuceó. Se acercó a la silueta y se agachó. —Oh, hola... ¿Quién eres? ¿Puedo ayu——la silueta se dio vuelta dejando ver una gema en forma de corazón invertida —¿uh? —balbuceó el diamante. Acercó su mano a dicha gema y recibió un golpe en la mejilla, que lo sacó del callejón e hizo que soltara la linterna. Él se intentó parar pero pudo asegurar que dicho golpe lo hizo mierda. Su nariz sangraba casi a ríos. Sus ojos se movían con pereza. Repentinamente se sentía horrible. Y solo por un golpe.

—¿Quién soy? ¡¿Quién soy?! —la silueta salió del callejón, con el mentón alto, dejando ver a aquella espinela cambiada. —¡Pero ¿qué estás diciendo?! —le gritó y lo agarró de la camiseta, dispuesta a golpearlo de nuevo. —¡Soy la princesa de la torre que rescataste y le robaste el trono! —le gritó y lo golpeó con fuerza, partiéndole el labio. Él soltó un quejido, cerrando los ojos. Los abrió y vio aquel rostro conocido: la piel algo oscura de la espinela, sus labios carnosos y deseables como siempre, solo que ella llevaba unas coletas color magenta oscuro, unas largas pestañas, un vestido corto oscuro negro con detalles rosas y sus típicas medias negras, junto a unos zapatos de bufón, sin contar el cuello de un payaso antiguo. Parecía toda una bufona. —¡¿Así me querías ver?! —le gritó y levantó su mano, golpeándolo. Él poco a poco cerraba sus ojos. Se estaba cansando. Todo se estaba volviendo oscuro. Hasta que se volvió así.

¿Puedo mirarte a los ojos?

Sentirte sin cerrojos
Sin tener miedo en que un día admita que te odio

Mi más fiel primer amor,
Causando que la yo que perdió la razón
Se dé cuenta que no sentirá lo mismo

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Dios, me costó muchísimo hacer este capítulo: tenía dos ideas, el hacer que Spinel se vuelva como en la película o mostrar a una Spinel corrompida, pero necesito a la fusión para cuando aparezca un par de la historia ;).

Bien. Todo va de mal en peor. ¿Les gusta? Apuesto que no. Dicho esto: If you like this chapter give me a star (like u ;) and follow me for more. Bye, stars.

My Diamond Hates Me | Stevnel [Diamond Steven Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora