My Diamond Hates Me | Stevnel [Diamond Steven Au]

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Pasaron varios meses desde su ruptura. Steven seguía sintiéndose horrible, pero mejor que antes gracias a Connie, que lo obliga a salir y convivir con el resto de las gemas.

—Steven —Connie entró algo alterada. Él la miró preocupado, levantándose al instante. —Ven rápido —él asintió varias veces y corrió con ella. Llegaron a la gran rosquilla, donde habían muchas personas amontonadas observando dicho lugar, que se encontraba destruido. Steven entreabrió los labios y vio al irritable Lars discutir con Sadie. Se acercó a ambos, curioso.

—¿Qué pasó? —cuestionó. La rubia lo miró y forzó una sonrisa.

—Había un monstruo. Atacó a la gran rosquilla —Steven frunció el ceño, ¿otra gema corrompida?

—¿Cómo era? —insistió. El humano lo pensó varias veces, recordando.

—Era como una liebre pero con cuernos —Connie también se acercó, tapando su boca.

—¿Un Jackalope? —cuestionó. Sadie retrocedió.

—¿Qué es eso, Connie? —preguntó Steven, mirando a su amiga que hizo tal acotación.

—Es una liebre con cuernos, pero no existe. Su primer modelo fue hecho por taxidermistas —colocó una mano en su mentón. —¡Vamos a llegar al fondo de esto! —Steven asintió repetidas veces.

—¡Sí! —exclamó.

—Bien, espero que lo consigan —susurró Sadie asustada.

—Háganlo —ordenó de mala gana Lars. Steven y él cruzaron miradas de desprecio.

—Bien —habló con odio Steven.

...

Era de noche, ambos chicos estaban con linternas, buscando alguna pista de aquel Jackalope. Quizás era solo una fantasía, aunque era dudable, Sadie no suele mentirle a Steven.

—¿Qué hará un monstruo así aquí? —susurró Steven apretando con algo de fuerza la linterna. Un vago pensamiento cruzó por su mente, había dejado de saber de Spinel pero le preocupaba, ¿le habrá pasado algo?

—No lo sé pero debemos de encontrarlo —siguieron caminando hasta parar en el bosque. Unos quejidos se escucharon en el lugar. —¡Vamos! —exclamó Connie apurando el paso. Steven imitó su acción. Lograron ver a un Cebolla inconsciente gravemente lastimado.

—Oh, dios... ¡Cebolla! —Steven cargó al niño en sus brazos y luego miró a Connie.

—Tiene marcas de rasguños enormes en su espalda, está herido, ¡hay que llevarlo al hospital! —Steven asintió y comenzó a caminar.

El sendero era silencioso, Connie estaba callada y abrazada al brazo del chico, aún así, mantenía su agarre en las dos linternas, ya que Steven debía cargar a Cebolla.

—Si nos enfrentamos al monstruo tenemos que ser Stevonnie —habló Connie nuevamente. —Por la fuerza, obviamente —Steven permaneció callado. —Steven, háblame, sé que estás asustado por la situación pe——

—Estoy preocupado por Spinel —Connie se detuvo al ver las lágrimas que bajaban por los ojos del chico. —Yo... Sé que se fue pero... ¿Y si le pasó algo? Sigo sin entender el por qué nos peleamos... Así...

—Calma, Steven —Connie se acercó a él y apoyó una mano en su hombro. —No tienes de qué preocuparte. Ella se sabe cuidar sola.