Dos chicos
Dos chicas
Cuatro elementos
Ellos no conocen este mundo, a sus 17 años ellos sabrán la verdad, pero después de eso tendrán que matar, luchar por sobrevivir, tendran enemigos en cada esquina del mundo.
Reías
Llorarás
Odiarás
Pero no te p...
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Dana Riva:
El tiempo pasa muy rápido ya pasaron dos semanas desde que conocimos a los Elementos. No he tenido el momento perfecto para ponerle el elixir a Sienna, siempre logra escaparse. Sienna aquí, Sienna allá. Todos la aman por su "inteligencia" y "belleza", nos hemos llevado mejor. Este tiempo lo utilicé para conocerla más a fondo y saber sus debilidades y fortalezas.
Pero, por fin hoy será el día.
Ya la reina no me llamará más y no se enojará más. Estuvo todos los días llamando para preguntarme y amenazarme. Su voz me da escalofríos, le temo demasiado.
Mi propia madre me da miedo.
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Persoon Vidal:
Sienna ha evitado hablar conmigo estas semanas, mejor dicho, me ha estado ignorando estos días. Quiero hablar con ella por lo que pasó el primer día de clases, quiero saber por qué no me cubrió en la clase que le pedí favor, por otro lado quiero saber por qué lloraba. Es una excelente persona y la considero la persona más cercana a mí. Por suerte hoy es sábado y le pediré, de nuevo, que hablemos antes de que salgamos con Dana.
Camino en dirección a la sala de entrenamiento, cuando la veo.
Está tratando de luchar con el aire que sale de sus manos, su ceño está fruncido, las ondas de su cabello rubio caen enmarcando su rostro, sus profundos ojos azules se encuentran aún más oscuros que de costumbre, sus labios rosados haciendo una mueca de frustración.
<<Es hermosa>>. Me acostaría con ella pero no puedo jugar así con ella.
<< ¿Por qué con ella no? ¿Por qué Raze sí?>>. Maldita conciencia.
Sus ojos se enfocan en mí y estoy seguros de que si las miradas matarán, ya estaría muerto. Ella se da prisa a tomar sus cosas e irse pero me apresuro a perseguirla, no me rendiré.
-Sienna, hablemos por favor- la persigo. Me ignora. –Sienna, debemos hablar. Quiero saber qué te pasa, qué sucede.
-Sucede que quiero que te alejes de mí- sus ojos no brillan como lo hacían antes al verme. –Sucede que no soporto verte- su frialdad se clava.
