Dos chicos
Dos chicas
Cuatro elementos
Ellos no conocen este mundo, a sus 17 años ellos sabrán la verdad, pero después de eso tendrán que matar, luchar por sobrevivir, tendran enemigos en cada esquina del mundo.
Reías
Llorarás
Odiarás
Pero no te p...
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Sienna Redd:
-Una foto más con ese vestuario por favor- dice el fotógrafo. Veo hacia la cámara y sonrío.
Hoy es la sesión de fotos para mi cumpleaños número 17. Llevo más de una hora y media posando, sonriendo y cambiando de ropa para seguir posando. ¿Tedioso, no?
Sí y muchísimo, pero si esto hace feliz a mis padres, lo haré. Debo de admitir que también me encuentro muy emocionada por esta fiesta. Cumpliré 17 y solo faltará un año para tener 18 y ser mayor de edad.
Una voz me saca de mis pensamientos, trayéndome a la realidad.
-Sienna, solo queda un cambio de ropa. Y este es el más especial- dice mi mamá para que vuelva a cambiarme.
- Claro mamá, enseguida vuelvo- contesto con una sonrisa mientras me alejo hacia el cambiador.
Unos minutos después, salgo cambiada con el vestido que usaré en la fiesta.
En ese momento hay un silencio sepulcral, miro la cara de todos en el cuarto y tienen una expresión de asombro.
-¡Wow hermanita! Te ves como una modelo- Me halaga Andrew, mi hermano de 18 años.
- No, parece una diosa griega- le contradice Aleksi su hermano gemelo.
-Pero las diosas griegas son feas- habló Daco, mi hermano de 19 años.
-Sí, tal vez Afrodita es la única que no lo es- apoya Lucas, el mayor de todos nosotros. –Pequeña, no te preocupes, estas bellísima.
-Por supuesto que sí, si es mi hija- afirma mi papá, Elliot dueño de nuestro pequeño imperio. –Mi chiquita ya no es un bebé.
-Papá no me avergüences- rodé los ojos.
-Ya, basta. Déjenla en paz, tiene que terminar su sesión cuanto antes para llegar a la cita de la comida- espetó mi mamá. Sí, ella es mi madre adorada.
****
Los lunes...
¿Quién no odia los lunes?
Yo... yo amo los lunes, porque hago lo que más me fascina: estudiar.
Son las 6:30 am y estoy terminando de alistarme para ir al instituto. Cepillo mi cabello cuando escucho que me llaman desde la cocina.
-Sienna a desayunar en este momento- ordena mi mamá.
-Enseguida bajo madre- contesto. Tomo mi bolso y bajo corriendo.
-Desayuna ya, que en un momento nos vamos- como todo lo de mi plato en un santiamén.
-Vamos ya- dijo mi papá.- ¿Cariño cómo amaneciste?- preguntó.
