Capitulo 27 Hospital

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Sigo parada aqui, en la puerta sin tener respuesta alguna.

Luis:¿crees que hay alguien alli dentro?

Melissa: parece que no, deberíamos irnos

La puerta se abrió de golpe, pude ver que frente a mi había una María muy asustada, recuerdan a María la chica que trabajaba aqui de de servicio.

Su semblante era muy preocupado, asustada, angustiada muy angustiada.

María: ¡SEÑORITA!

Melissa: ¿¡Maria!? ¿¡Que pasa!?

María: ¡es su mamá! Se desmayo, se levanto para abrir la puerta, y callo desplomada al suelo, no despierta.

Inmediatamente entre en la casa, subí corriendo las escaleras, sentí pasos detrás de mi y supuse que era María, pero no era Luis, se me olvido por un segundo que el estaba alli.

Entre a la habitación y efectivamente estaba alli tirada en el piso, estaba asustada, asi que instintivamente me tire al piso e intente moverla, pero ella no reaccionaba.

Melissa: ¡Ana! ¡Despierta! ¡Mierda Ana! ¡Despierta!

La sacudí repetidas veces sin obtener respuesta alguna, cuan mi vista viajo a la parte baja de su vientre, muy grande ya por cierto, ya que ella tenia un embarazo de un poco mas de cinco meses, logre ver como una mancha de sangre en su pantalón y en el piso.

Luis: haste, a un lado voy a cargarla y la llevaremos al hospital, ¿entendiste?

Melissa: sí, entendí

María: señorita los documentos de su mamá

Melissa: gracias María

Subimos al auto y nos dirigimos al hospital, en termino de diez minutos ya habíamos llegado al hospital, Luis la llevo cargada adentro, la colocaron en una camilla, y nos dijeron que debíamos esperar.

Melissa: si que eres fuerte

Luis: estos músculos, no son solamente de adorno.

Dijo riendo.

Una enfermera me dijo que debía brindar información sobre la paciente, en este caso mi madre.

Iba camino al escritorio de la enfermera, cuando vi un hombre que se dirigía rápidamente al escritorio también, ¡mierda! ¡Sergio!.

Eso no es todo, resulta que no venia solo, sino que venia nada mas y nada menos que con la misma chica de la cafetería, a la que estaba saludando demasiado cariñoso, automáticamente mire mal a la chica, rodé los ojos y me aleje del escritorio.

Luis: ¿ya diste los datos?

Melissa: ¡no!

Luis: tranquila, ¿que sucede?

Señale en dirección al escritorio, para que viera lo que yo estaba viendo, Sergio estaba abrazando a aquella chica por la cintura, mientras ella rodeaba sus brazos en su cuello, yo estaba que echaba humo por la cabeza.

Luis: ¿aun no lo superas cierto?

Me sorprendí tanto por su pregunta.

Melissa: ¿de que estas hablando?

Pregunte confundida

Luis: vamos Meli, sabes a lo que me refiero

Dijo señalando la escena frente a nosotros, Sergio ni siquiera se percato de mi presencia.

Un amor desesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora