Era una fría tarde aquí en Seattle así que decidí ir a comprar chocolate caliente, me levanté con un gran esfuerzo del sillón mi vientre de siete meses de embarazo ya me impedía moverme igual que antes, pero ya me había acostumbrado, tome mi abrigo y salí del departamento Andrés aún estaba en la escuela, así que todavía tenía tiempo de sobra, el empezó a practicar fútbol aquí en la nueva escuela, así que tenía entrenamiento hasta las seis.
Salí del departamento, hacia la calle la entrada del mes de diciembre se hacia presente con su carismático frío, sus primeros copos de nieve cayendo sobre todo lo que se alcanzaba a ver, para ser principio de mes ya todos los lugares estaban adornados con diferentes luces y adornos característicos de la época navideña, los árboles de Navidad con luces de muchos colores se podían apreciar en cada lugar al que se volteaba a ver.
Me encanta la época navideña, es la más linda que puede haber, pero esta vez no se siente como los otros años, voy caminando por las calles pero alejada de todas las personas, han pasado un par de meses desde aquel horrible incidente, tengo problemas para interactuar con otras personas, así que decidí mantener mi distancia con todos.
Llegué a la cafetería de la esquina, entre la cajera era una amable muchacha que me atendió, pedí un chocolate lo pague, y salí del negocio estaba caminando por el parque cuando un hombre se acercó a mí y entré en pánico.
- podrías decirme dónde está esta dirección - me mostró un papel.
Pero yo estaba demasiado asustada como para contestar solamente quería salir corriendo, mis piernas se sentían pesadas, mi piel palideció más de lo normal, mi corazón se aceleró tanto del miedo que empezó a latir con demasiada fuerza causando una opresión en mi pecho.
Mi instinto fue llevar mis manos a mis oídos, para taparlos y me fui desvaneciendo lentamente al piso, el hombre frente a mí estaba asustado.
- ¿estás bien muchacha?- se que no era su culpa el solo quería una dirección.
Seguí en el piso con las manos en la cabeza, y empeze a llorar, me recomendaron tomar terapia pero yo sé que solo necesito tiempo.
- ¿Quieres que pida ayuda?- mi vaso de chocolate estaba derramado por todo el piso.
Alguien se acercó y decía mi nombre pero yo me negaba a abrir los ojos, me sacudía sin respuesta yo solo seguía llorando.
- ¡ALEJATE DE MI!- fue lo que salió de mi garganta como el grito más fuerte que tenía.
- Melissa soy yo mirame, abre los ojos, mirame - me seguía agitando pero me negaba a abrir los ojos.
- Melissa soy yo Derek mirame - negaba con mi cabeza.
- aléjate de mí, no me hagas daño - me abrazo .
- pequeña ardilla soy yo todo está bien, confía en mí soy Derek abre los ojos - abrí mis ojos lentamente lo ví y me lanze a sus brazos a llorar.
- jovencito todo está bien - el señor canoso preguntó.
- sí señor todo está bien, ella pasó por algo traumante y todavía está aprendiendo a superarlo - Derek explicó lo que me pasaba.
Tristemente no era la primera vez que esto me pasaba era la quinta vez que me pasa en el tiempo que llevo viviendo aquí, Derek me levanto del suelo, me llevo a una banca nos sentamos por un buen rato.
- sabes que puedes esperarme y yo te acompañaré a donde debas ir - se que era cierto pero debía aprender a andar sola en la calle nuevamente.
- lo siento quería un chocolate caliente y es patético que ni siquiera pueda salir para eso - me sentía fatal, me sentía horrible saber que ni siquiera podía salir a comprar algo.
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Un amor desesperado
RomanceElla una chica de 15 años la cual nunca se a enamorado. La vida no le ha pintado una sonrisa, las heridas y cicatrices de la vida han quedado en lo profundo de su alma. Mas sin embargo habrá alguien que cambiará su vida de muchas maneras. Un amor t...