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- Chale, apúrale wey- se quejó por la tardanza-

- Ya voy pedazo de socotroco, esto me queda re chico en el culo, la puta madre, ¿Quien me mandó a ser tan sensual?- Acotó saliendo de su oficina con un jean celeste roto en las rodillas y con una camisa mangas largas negra-

Al salir le persigue la mirada de Usa.

- ¿Que concha mirás?, La mía no, porque no tengo jaja "equizde" saludos-

- absolutely nothing I want to have- contestó amargamente rodeando con sus brazos la cintura Mexicana-

- Buenoooo, antes de que garchen, hasta la proximaaaaa- Las últimas palabras, se percataban a la lejanía puesto que el Argento se había encaminado hacia la salida pasando por unos pasillos blancos decorados con unos cuadros marrones y en el suelo las típicas baldosas color blanco.-

Prácticamente no tenía idea hacia donde ir, pero no quería volver para presenciar como el gordo traga patys se devoraba a uno de sus mejores amigos, así que, si el Mexicano estaba realmente dispuesto a que el primero en nombrar fuera a su " cita a ciegas" con un supuesto hermano de Usa iba a llamarle, de lo contrario, El oji-marron no se iba a presentar.

Yendo hacia la salida se encontró con la sala de seguridad, entró con su permiso exclusivo y se dedicó a observar las cámaras de monitoreo.

En la cámara C4 se podía ver cómo el Estadounidense en palabras breves.......se cogía a México.
Apretando un botón, Argentina activo la bocina integrada a las cámaras y dijo

- ¿Con que garchando en los pasillos eh?, Mex hacele el Pete que esto va para pornhube- Río ruidosamente por el micrófono viendo como su mejor amigo y el de ojos azules se acomodaban sus prendas rápidamente, mirando con muy mala cara hacia la cámara-

Arge, con paciencia y lentitud descargó el vídeo en su teléfono móvil, con esto podría sobornarle o hacerle bromas.
Total, les pasa por calientes.

Salió de la sala de seguridad rápidamente, la cerró y se fue semi-corriendo hacia la puerta de salida, al girar la cara se encuentra con unos molestos personajes en particular lo que hizo entrar en apuros al Oji-marron haciendo que esté saliera por la puerta corriendo y detrás de el, su amigo y la pareja de este.

Llegó a su departamento completamente exhausto, tenía ganas de hundir su cara en su cómoda almohada y reposar su cuerpo en su cama.

Iba a hacerlo, pero una llamada entrante le desorientó de su objetivo