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El canadiense al llegar a su casa en Francia se sentó en su sofá y degustó de un buen trago de whisky

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El canadiense al llegar a su casa en Francia se sentó en su sofá y degustó de un buen trago de whisky.

Pensó en su reciente novio, ya cumplirían un mes, y pronto Argentina volvería a su territorio, a su rutina diaria.

Pensó entre extensos sorbos, no quería matar a Alemania aún, todavía le era de provecho, se mordió la uñas pensando en qué tal vez, solo tal vez, se habría pasado un poco con el corte cercano al corazón, eso le dejaba pensando y se frustró.
"Où es-tu?", Pensó Canadá al recordar a su oji-marron, tomó el celular entre manos y desde su cómodo sofá de terciopelo rojo, llamó a su querido y tan sobreprotegido novio.

-¿Que pasó cana?- le respondió por el otro lado del teléfono-

- Quería saber dónde estabas honey- le habló el portador de la hoja con una voz impresionantemente impostada-

-Estoy en el hospital, pasó algo horrible- contestó Argentina con palabras tremulas y átonas-

Canadá sonrió.
Preparó su actor interno y comenzó a hablar.

- ¡Que pasó!, ¿Estás bien?- fingió sorpresa y miedo ante las respuesta obtenida-

-Sisi, yo estoy bien, es Alemania.....alguien lo atacó- se podía captar la voz rota y los sollozos del argentino por el teléfono-

Ahí Canadá pensó, "Ça l'a beaucoup affecté.....J'aurais dû le tuer et le jeter" ,si no lo encontraban lo darían por desaparecido, por lo que no dañaría tanto al argentino, chasqueó la lengua en disconformidad y se dijo para si mismo.

"Pour la prochaine fois"

-¿Cana?- se escuchó a el de orbes marrones por el teléfono preguntando-

Se había olvidado de que estaba hablando con su cariño por lo que se llegó a exaltar algo, pero rápidamente se volvió a pegar el teléfono al oído y prosiguió con su acto.

- ¿Cómo que lo atacaron?, ¿El está bien?- intentó no reír, deberás que tuvo que retener una buena risotada-

- Uhm, mejor venite para acá, así me haces compañía- le solicitó Argentina para luego darle la dirección-

- Claro, ya voy- le contestó con voz ronca y toques suaves-

Después de eso se escuchó el típico sonido que daba por finalizada la llamada.

Tomó solo su celular, su billetera y las llaves de su auto para luego salir de su casa, montarse en uno de los tantos autos que tenía y salir en dirección al hospital.
Se sonrió y pensó en las todas las expresiones variables que pudiera ponerle el alemán al verlo, ¿asustado?,¿Rencoroso? O tal vez...... ¿Enojado?.

Para aliviar sus ganas y a su garganta soltó aquella risotada tan esperada sintiendo el viento pegarle en la cara.

Tenía curiosidad.

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