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–––– ¿Te gusta?

Preguntó algo pretencioso mientras se paraba frente a él, haciendo un amago de brazos, sintió unas furtivas manos recorrer la redonda extensión de su trasero ejerciendo presión en éste.

Con algo de ego, sacó las manos de su novio de su trasero y caminó con algo de sensualidad, delante de los juguetes esparcidos por toda la rojiza habitación, una cinta negra le llamó la atención en conjunto a unas esposas.
Las tomó con pequeñas risillas, mordiendo su mejilla de la excitación que le producían las imaginaciones originadas en su mente, giró su torso hacía el canadiense con una sonrisa algo triunfante, agitó las esposas entre sus manos como queriendo señalar o indicar lo que haría.

Está vez caminó rápido hacia el norteamericano y lo derribó sobre la cama posicionándose sobre él, inclinó su pecho hasta que sus torsos estaban casi rozantes.
Repartió besos desde su quijada hasta su parte íntima, ahí disfrutaba torturando a su novio entre pequeños besos sobre la tela de su, ya apretado, pantalón. A veces recargaba su mano ahí haciendo movimientos circulares otras, tomaba la tela entre sus dientes estirandola un poco.

Luego arrastró su trasero hasta la creciente erección y se volvió a inclinar hacia adelante, algo desesperado por el roce peligroso, se saciaba así mismo restregandose contra ese pedazo de carne que tanto necesitaba dando profundas y rápidas estocadas dentro de él.
Suspiro excitado por las nuevas imágenes surgidas y se sintió extasiado.
Finalmente, bajo la demandante mirada canadiense, le esposó las manos, Canadá río algo necesitado y sintiendo cada vez más su pantalón apretado.

Entre risas nerviosas Argentina colocó la tela de color negro sobre los ojos celestinos y luego abrió su camisa y vió como sus morbosos pensamientos recobraban vida, a sintió ansioso, por el toque, por los roces y por la sensual sonrisa que los esponjosos labios del menor le proporcionaban.

Sus manos frías tocaron el torso y abdomen ajeno haciendo dar un respingo a su portador que luego se mordió el labio disfrutando de la sensación a ciegas que sentía.

–––– tu me fais désespérer

Soltó con voz ronca el canadiense que como respuesta recibió un fuerte sentón haciéndolo exhalar aire para luego sonreír extasiado.

–––– Vous jouez avec le feu

El peso que Argentina ponía sobre su hombría y torso desapareció, alguien se había bajado de la cama dejándolo completamente solo, escuchaba pasos en la cocina como abrían la heladera y lo próximo que sintió fue el abrasador frío en su pecho, su ropa inferior fue sacada a tirones, exepto su boxer él cuál fue bajado hasta el comienzo de su intimidad.

Él dió otro gran respingo y su respiración se volvió entre cortada, unas manos traviesas untaron algo en su "V" , a continuación, siguiendo con sus expectativas, una húmeda lengua recorrió todo el perímetro de está, mientras que los cubitos de hielo seguían bajando por su torso y abdomen.
Argentina reía ante las bocanadas de aire que tomaba el canadiense cada vez que le apoyaba un nuevo cubo de hielo.
Juró que no se apuraría y eso hizo. Disfrutó de las expresiones obtenidas y de cómo lograba calentar cada vez más a su acompañante, pero aún se sentía necesitado, buscó con la mirada algo que le ayudase en aquella habitación de tonalidades rojizas y lo encontró.

Un hermoso dildo

Era de un rosa transparente, con el agarre de corazón y con lo que llamaríamos agrupaciones lineales con forma de semi círculos, dándole una textura diferente.