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-Dale Cana, pasá, hay sufiente comida para todos- lo invitó a pasar el Argentino medio incómodo ante la mirada de los demás-
- Gracias-pasó sacándose la campera de cuero rojo que llevaba-
Argentina tenía el plan de poner celoso a Canadá.
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Luego de una deliciosa comida, en donde el argentino trataba insensante de poner celoso a Canadá, ya todos satisfechos comenzaron a hablar sobre cosas triviales hasta que el reloj marco las 2:00 am.
- Perdonen pero ya es hora de que me vaya-dijo Canadá con la campera en brazo llendo hacia la puerta-
Argentina le fue a abrir la puerta, en está, Canadá aprovecho el momento y besó al Argentino, este correspondió gustoso apoyándose en su pecho.
Sintió manos tanto en su cintura como en sus caderas, miró hacia atrás y estaba Alemania sonriéndole.
¿Que podría salir mal?
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- ¡LA PUTA MADRE!- gritó Argentina, qué, al querer ponerse de pie cayó estrepitosamente hacia el suelo-
Tanto Canadá como Alemania se reían de él desde la cama del Argento, el cual luego de "putearlos" por un rato, fué levantado por el alemán y puesto devuelta sobre la cama.
Tanto el canadiense como el alemán se levantaron a prepararle el desayuno al temporalmente invalido argentino.
Alemania apareció devuelta en la habitación dejando una pastilla junto con un vaso de agua en la mesita que estaba al costado de la cama y antes de irse hacia el comedor le dejo un cálido beso sobre su frente y sonriendo dijo "Ichschätzedich".
Argentina inconscientemente sonrió, tomó el vaso junto con la pastilla que luego ingirió con el agua.
Luego de recuperar algo de fuerza en su cadera, fue caminando poco a poco hacia su armario y se vistió con un pantalón cortó negro y una camisa del mismo color, algo simple, no tenía ganas de ser selectivo en estos momentos.
- Tienes que quedarte en la cama, así nunca se te pasará el dolor-
Argentina se asustó por el repentino habla del canadiense por lo que se cayó otra vez, soltando un "la puta que te parió Canadá".
El canadiense río y levantó al oji-marrón del suelo dejándolo sentado otra vez en la cama.
Algo había en la mirada del canadiense que perturbaba a Argentina, algo raro, algo siniestro.
El latino se le quedó mirando fijamente con el ceño fruncido tratando de descubrir esa mirada, provocándole una sonrisa igual de rara a Canadá. Salió del transe del de los ojos celestinos cuando Alemania entró en la habitación con la bandeja y el desayuno encima de está.
Al dejarle el desayuno Alemania se tuvo que ir debido a su atareado trabajo dejándolo solos al canadiense y al argentino.
Argentina no podía aguantar o tratar de disimular la mirada penetrante del canadiense, esté soltó una carcajada al ver cómo el argentino trataba de evitar su mirada.
Canadá se acercó a Argentina, lo tomó por la barbilla y le dijo.
- Conmigo no funcionan los celos cariño-
Se alejó de él sonriendo sínico, y lo último que se escuchó fue la puerta de salida siendo cerrada.
Se había dado cuenta del plan de Argentina
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