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---- Mamá, mirá

Habló el pequeño Argentina mostrándole una rosa amarilla, su sonrisa soñadora apuntaba a su madre.

Está le miró denigrante y de un manotazo le tiró la rosa al suelo, miró en dirección al pequeño alemán en la mesa con sus libros y dijo.

---- Deberías ser como él.

El menor se sintió cohibido e insignificante, miró con odio al alemán y con un comprensivo asentimiento de cabeza tomó un libro y se puso a leer.

Pasaron las horas, y el argentino habia terminado por fin su libro, entre saltitos felices se dirigió nuevamente a su madre, quería que ella estuviera orgullosa de él.

---- Ma, ya terminé el libro mirá

Le dijo sonriendo mientras estiraba sus bracitos con el libro en manos.
La madre le miró otra vez arrogante y con soberbia en sus palabras dijo.

---- ¿Te aplaudo o qué?, Cuando vos terminaste de leer eso, Alemania terminó su séptimo libro.

Y parándose de la silla se fué a sentarse junto al alemán viendo cómo leía o a veces acariciarle maternalmente su cabeza.
Argentina los miró, y sin decir nada se encerró en su biblioteca ubicada en su cuarto.

Luego de que el doctor revisó al alemán en la camilla todos tuvieron que irse a fuera de la habitación ya que el europeo están durmiendo.

El argentino se sonrió y entró en la habitación cuando el pasillo se despejó, vió dormir a su amigo de la infancia en esa cálida camilla, sacó una jeringa, la llenó de aire y luego la insertó en dónde insertaban los medicamentos por venas, luego guardo la jeringa en su bolsillo y salió del cuarto.

Tomó de una de las bandejas un poco de anestesia y llenó la misma jeringa de esa sustancia.
Caminó rápidamente hacia las cuarto de seguridad pensando que tendría que inyectarle la anestesia un guardia, pero se encontraba vacío.

Movió el mouse y clickeo en eliminar las grabaciones de hoy y para apagar las cámaras del lugar, sonrió aún más satisfecho y salió como si nada del lugar.

En la salida le marcó al canadiense para que lo pasara a buscar.
Pasaron un par de minutos y un auto deportivo negro se estacionó frente a él y de él salió su novio, vistiendo ropas negras con tonos blancos, lo tomó de la cintura y lo besó frente al hospital.

---- se lo que hiciste honey...

Le susurró el canadiense al argentino haciendo que su piel se erizara.
Canadá río y le besó la mejilla, a continuación el argentino con tono algo divertido mencionó.

----yo también se lo que hiciste, pero tranca, nadie lo sabrá.

Se miraron cómplices y entre risas y pequeños besos entraron en el auto para luego abandonar la escena.

Pero ...

¿Argentina no era el bueno?.

No, no lo era...