Capítulo 4

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AVISO:

En este capítulo aparecerá el personaje de Danae, si no recuerdan quién es les recomiendo que relean el capitulo 9 de Chalcedony.


APOLO'S POV:

Un cosquilleo en mi cara provocó que despertara. Cuando abrí los ojos me di cuenta de que era mi hermosa novia llenándome de besos.

—Buenos días –sonreí.

—Ne encanta tu voz cuando recién despiertas, es tan ronca y sexy.

—Juro por Dios que si me sigues mirando de esa forma te haré mía en dos segundo –avisé.

—Yo no tengo problema, pero primero... –alargó la "o".

—Quieres una canción –concluí. La expresión en su rostro ya me había revelado lo que quería.

Ella asintió.— por favor.

Salí de las sábanas y debajo de la cama busqué mi guitarra.

Nadie, absolutamente nadie, ni siquiera Artemisa sabía que era bueno en la música, solo lo sabía Elisa. Siendo descendiente de Apolo, aparte de heredarme el don de la curación, arquería y la belleza, también me heredó su don en la música, solía cantarle a Elisa cuando todos dormían y no podían escucharnos, con ella era la única que me sentía cómodo puesto que no soy un hombre muy expresivo y cuando canto pongo mi alma y corazón en cada canción, vivo las letras y los sonidos, y no me agrada verme así de vulnerable frente a las personas. Pero con Elisa era diferente, podía durar horas y horas cantándole las canciones que ella quisiera.

Usualmente siempre hacia covers de sus canciones favoritas, desgraciadamente no tengo el don para crear canciones, pero si para poner todo mi empeño en que le gusten a mi mate.

—Esta vez la elegiré yo –hablé cuando vi que abrió la boca.

—Vale –sonrió.

Me acomodé frente a ella de modo que pudiera tocar la guitarra y al mismo tiempo ver esos hermosos ojos azules.

(Reproduzcan la canción mientras estén leyendo esta parte)

Estoy lleno de dudas, tengo que irme de mi casa, pero quiero quedarme contigo por todo el verano, tengo un plan, pero no lo vas a recordar –empecé a cantar.— si quieres recorrer el mundo entonces, pregúntale a tu madre. No puedo sostener tu mano y luego verte ir, soy un mentiroso como ya sabes. Te necesito ahora, necesito de tus caricias y tus labios, necesito de tu sonrisa y tus besos, porque eres tan cool, eres tan hermosa, eres tan... eres tan... porque eres tan cool, eres tan hermosa, eres tan... eres tan... –me detuve cuando vi que empezó a llorar.

—¿Qué pasa? ¿Tan mal canto?

—No –sacudió su nariz.— es que esa siempre ha sido mi canción favorita, de hecho tengo planeado bailarla cuando me case y ahora tú la cantas... es simplemente perfecto.

—Te amo –la abracé.— eres tan ñoña –reí.

—Ñoño tú –hizo un puchero.— vete a bañar.

—Vale, vamos –le agarré de la mano, pero no se movió.

—Ya yo me bañé –dijo obvia. Me percaté de que traía el pelo mojado y ropa limpia.

—Te lo pierdes –bufé.

—Te esperaré abajo, amorcito –me lanzó un beso y salió del cuarto.

Entré al baño e inmediatamente empecé a ducharme. Mientras lo hacía, cientos de pensamientos cruzaron por mi mente, ¿y si no encontramos la piedra y no podemos sacar a nuestros padres de ese embrujo? ¿Y si algo malo sucede? En ese viaje pueden pasar miles de posibilidades, solo espero que se cumplan las buenas, aunque considerando mi suerte será toda una odisea.

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