Luka en multimedia.
ARTEMISA'S POV:
—No quiero salir de la cama –me acurruqué contra Alessandro.
—No lo hagas y ya –se abrazó más a mí.
Luego de tomarme tres veces en la bañera y una más en la cama, caímos rendidos, al menos yo, Alessandro ya estaba metiendo de nuevo su manos entre mis piernas para el próximo round, pero lo detuve, ya me estaba empezando a doler mi parte íntima.
—Hueles delicioso –susurré en su cuello.
—Tú también –acarició mi hombro.— eso que hiciste hace rato...
—Hace rato hice muchas cosas.
—Hablo de ya sabes... meter mi pene con tu deliciosa garganta.
—¡Alessandro! –exclamé.— ten pudor.
—¿Qué? Es la mejor manera para decirlo.
—Si, si, como digas –giré los ojos.— ¿qué con eso?
—¿Por qué lo hiciste? No pienses mal, me encantó y me encantaría repetirlo, pero, ¿qué te llevó a eso?
—¿Por qué te sorprende tanto que lo hiciera?
—Porque no es algo en lo que te imagino tomando la iniciativa, estaba esperando más tiempo para ofrecerte la idea.
—¿Ofrecerme?
—Oh no, sé hacia dónde va esta conversación y sé que yo terminaré perdiendo y terminando como un tonto, ¿serías tan amable de responder mi primera pregunta? –reí.
—No sé, tenía curiosidad y quería intentarlo –dije sin más.— ¿estuve bien?
—Estuviste de maravilla, preciosa –besó mi frente.— he estado pensando en otra cosa también.
—Ni pienses que te daré el beso negro –me apresuré a decir.
—¿Qué? –me miró como si me hubiese vuelto loca.— que asco, ni de broma.
—Bueno, ¿decías? –empecé a reír, su expresión fue muy graciosa.
—¿Ah? Si –sacudió su cabeza.— recuerdo que una vez tuvimos una conversación sobre la virginidad y mi manera "anticuada" de pensar, si decías que para ti la virginidad no era nada, ¿por qué esperaste tanto para perderla?
—¿En qué momento te dio tiempo para pensar en eso? –lo miré.
—Llegó a mi mente el día que perdiste tu virginidad conmigo, pero por alguna razón ese pensamiento volvió.
—Vale –dije.— pues pienso que cada chica puede y tiene el poder de hacer lo que quiera con su sexualidad, si quiere esperar está bien y sino pues vale, pero personalmente, yo quería perderla con alguien que le diera el mismo valor e importancia que yo, para mi era más que romper un himen, con quien yo lo hiciera debía amarme y apreciar la intimidad que estábamos entendiendo –expliqué.— hubo un momento en que me sentí lista de todas las formas para perder mi virginidad, pero no coincidía de esa forma con nadie.
—¿Coincidir de qué manera?
—Mental, emocional y sexualmente, con los chicos que conocía, (si no los espantaba con mi rareza) –reí.— siempre les faltaba algo, ya sé que no existe el "chico perfecto", pero tenía mis esperanzas.
—¿Y qué tal te fue con eso? –me miró cómplice y ladeó sus labios.
—No sé, dime tú –besé su mejilla.