Capítulo X

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Hosten.

Heather abrió los ojos al sentir la luz del día filtrándose por la ventana, se reincorporó de su lugar aun con dolor en todo el abdomen, aunque levemente fresca a comparación del día anterior. Se talló los ojos para tener una mejor visión del espacio cuando...

—Buenos días, hermosa.

Sonrió al escuchar la voz de su salvador, Spinel y Kaiser dormían en otro extremo de la habitación y también recién se levantaban, el perro corrió hacia ella jadeando de la emoción, ahora menos enojada, lo acarició apreciando que tan suave tenía el pelaje a pesar de lo desaliñado que se veía "igual que el dueño", pensó.

Enseguida Spinel se acercó, revisando primeramente su temperatura, Heather no refutó y se dejó atender mientras apreciaba atentamente, la dedicación y el nivel de concentración con la que el doctor lo hacía.

—Aun tienes un poquito de fiebre, pero es algo que desaparecerá gradualmente si te sigues cuidando bien, creo que por el momento ya te puedes levantar.

—¡Ay, sí! Es cansado estar acostada todo el día. —Festejó Heather en un suspiro de alivio.

Con la ayuda de Spinel se puso de pie, el doctor había tenido que tomarla de las manos para impulsarla y luego ayudó a ser su sostén en lo que el entumecimiento de las piernas desaparecía.

—Vamos afuera creo que alguien quiere verte.

Heather se emocionó con la indirecta y a pasos lentos se dejó guiar a la salida de la pequeña cabaña, admirando primeramente que estaba en medio de la nada y grandes árboles de frondosas hojas verdes la rodeaban.

— ¡Anda, háblale!

Sabiendo a quien se refería, Heather empezó a imitar el gruñido de un dragón para llamar a su amiga.

— ¡Ah! Con que así se les habla, ahora comprendo porque no hacía caso si le chiflaba.

—Claro que no, si no es un perro. —rio Heather, algo que no hacía desde tiempo atrás.

El sonido de entre los árboles los alertó, de entre las ramas se escuchó otro gruñido, y entonces con el caer de las hojas también lo hizo el dragón plateado que voló entusiasmado hacia donde su amiga, en cuanto la vio, extendió sus brazos hacia ella.

Jinete y dragón se reencontraron después de tanto, Spinel admiró el nuevo semblante de su paciente, esta estaba feliz, le era increíble aquella nueva faceta que estaba conociendo de ella a comparación de la vengativa del día anterior. Mientras tanto Kaiser se unió a la celebración de la chica y dragón, brincoteando a su alrededor dando fuertes ladridos de felicidad.

— ¡Que tonta! ¿Por qué no lo había pensado? —Gritó Heather de repente.

— ¿Qué cosa?

—En Windshear puedo volver más rápido para obtener mi venganza.

—¡Wow!... ¡Wow! —Exclamó Spinel sorprendido, tal parece que la charla de la noche anterior no había tenido ningún efecto en la fiera vikinga. —Pensé que desistirías.

—Spinel te agradezco todo, juro que algún día te lo pagaré. —Empezó Heather a despedirse tomando sus manos entre las suyas para estrecharlas de arriba a abajo.

—Pero aun no te recuperas. —El doctor cambió de posición sus manos para aprisionarlas entre la suyas, en un intento por retenerla.

—Esto no es nada.

—Claro, si como no...Además ¿qué piensas hacer? ¿Sólo aparecerte con tu dragón y ya? De seguro haya hay guerreros que no dudarán en defender a su jefe.

LUZ DE LIBERTAD (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora