Capítulo XXII

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Un viento helado empezó a azotar la aldea vikinga, mujeres y niños corrieron hacia sus casas en busca del calor, dejando a unos cuantos hombres terminar con los últimos detalles de la recolección y acarreamiento de animales.

—¡Listo Eero! —Avisó un viejo, pero muy fuerte vikingo llamado Lennart. — ¿Qué mas falta?

—Si es todo pueden volver a casa. —ordenó el exjefe a su grupo de aldeanos que servían a él fervientemente. Miró alrededor por última vez buscando algún tipo de desperfecto que faltara, viendo a un grupo de Berserkers que en cuanto fueron notados se dispersaron por diferentes rumbos. Algo pasaba, lo sospechaba y por supuesto lo averiguaría.

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—Ay, gallinita... que frio hace afuera.

Odalys recién llegaba a casa, siendo recibida por la gallina de su amigo que agitó sus pequeñas alas cacaraqueando con alegría al saber que por fin sería alimentada por la sonriente chica que sólo quería acomodarse en el calor de su casa. Después de alimentarla, se echó en la cama y se estiró a sus anchas, sintiendo algo extraño en su espalda, se movió para ver que le incomodaba encontrándose con una nota de papel.

"Ha llegado la hora Odalys, los Berserkers resurgiremos de entre las flamas como un Tifomerang hambriento y sediento de venganza.

Ran."

— ¿Qué? —No comprendió que quería decir esas palabras, ¿Realmente su amiga estaba enloqueciendo?

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—Sólo un paso, sólo un paso. —repetía Astrid una y otra vez sin dejar de ver hacia el precipicio que la esperaba.

Su pie derecho se movió con pesadez, al hacerlo unas pequeñas rocas cayeron mostrándole de esa manera lo que le esperaba en la superficie.

—Hazlo... hazlo...—se paralizó, ¿ese era realmente su fin? Así debía ser, se lo merecía por no haber podido proteger a quienes más amaba.

Con aquel pensamiento su pie reaccionó y se movió en dirección al vacío, sólo era cuestión de dejarse caer y acabaría el sufrimiento.

"¡NO LO HAGAS!"

La voz de su abuelo, Fare, padre, madre y tío gritándole con angustia la detuvo abruptamente, esto, y la fuerza del viento que empezó a azotar el paisaje la empujó de nuevo a tierra, haciéndola caer de espaldas.

— ¿Por qué? —lloró conmocionada, aun tirada en el césped, viendo el grisáceo pero claro cielo y sintiendo como el viento se calmó de un momento a otro. — ¿Por qué debo de vivir?

No entendía porque sus familiares la habían salvado, ¿qué acaso no querían que se reunieran en el Valhalla? Si es que existía lugar para una cobarde como ella.

"Los Hofferson somos guerreros valientes" Recordó la voz de su padre claramente.

—Los Hofferson somos valientes, los Hofferson somos valientes. —empezó a canturrear una y otra vez. —Papá... ¿es lo que quieres? ¿Qué me quede?... —trataba de encontrarle sentido a su dolor, pero este era más fuerte que la voluntad de sus propios familiares.

"Aunque un árbol pierda todas sus hojas en el invierno, siempre renacerá para la primavera". Recordó las palabras de su sabio abuelo.

— ¿Tengo que superarlo?... ¿pero por qué?

LUZ DE LIBERTAD (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora