Capítulo IX

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Hosten.

Después de darle las malas noticias, Heather había enloquecido en rabia, Spinel tuvo que calmarla con una olorosa medicina pues por el movimiento la chica se había vuelto abrir algunos puntos que aún no sanaban. Estaba cansado, no había podido continuar con sus actividades por cuidarla, algo que hacía con gusto, pues le preocupaba lo que su paciente era capaz de hacer.

— ¡Spinel!

Se asustó al ser llamado por la fuente de sus principales pensamientos, Heather había despierto después de horas y ahora yacía acostada en la cama totalmente rendida a las medicinas.

—Tranquila, sigue descansando, la fiebre volvió y si quieres recuperarte debes descansar.

—No puedo. —susurró Heather. — Lo que me hicieron...—recordó con dolor aquella mala noticia.

—Lo sé, pero levantándote ahora no arreglarás nada.

—Sólo quiero hablar con el jefe de aquí... es lo único que te pido. ¿Podrías llevarme con él?

— ¿El jefe Gobber?

Heather sonrió al escuchar aquel nombre, entre sueños recordó que Hosten pertenecía al jefe Gobber Belch, un amigo de Hiccup y de su padre Stoick, una persona de la que había escuchado hablar muy buenas cosas.

—Sí, quiero su ayuda... para volver a Berk.

— ¿A... a que volverías?

—Vengarme, quiero matarlo.

—No, no, no...—Repitió varias veces el chico asustado, no quería que su paciente tuviera esa clase de sentimientos.

— ¿Si no me vas a ayudar entonces déjame ir?

—No me trates de chantajear, no te dejaré, así como estás. ¿Quieres hablar con el jefe? ¡Muy bien! Te llevaré, sólo si descansas y te recuperas primero.

— ¿Quién está chantajeando ahora? —Preguntó la chica con sarcasmo y una débil sonrisa.

Spinel rio, se levantó de su asiento para sentarse a un lado de la cama para tomar de nuevo aquel paño que tenía la chica sobre su frente, el cual sumergió en agua fresca y volvió a colocar.

—La venganza no es buena, no te librará de tu dolor.

— ¿cómo puedes saberlo?

—No lo sé. —Respondió el chico sin moverse de posición. —Pero creo que una linda chica como tú no debe molestarse más en tratar con gente tan déspota como esa, vales más que en ellos en peso de oro.

— ¿Entonces no me llevarás con el jefe Gobber? —Preguntó apenada.

—Te llevaré, lo prometí, pero espero que desistas de tu idea de venganza.

—Sabes que no lo haré, se lo merecen.

—Tal vez sí, pero no quiero que lo hagas, así que haré todo lo que esté en mi alcance para convencerte, preciosa.

—Sí claro, de todas formas... gracias.

Heather sonrió, su doctor era realmente inocente y generoso; sin embargo, no atendería a su recomendación de desistir de sus intenciones, quería su venganza a toda costa.

OOOOOoooooOOOO

Isla Bare.

Apenas habían pisado tierra, Camicazi bajó del barco al ver la fiesta que los pobladores tenían en el muelle, cientos de personas gritaban, reía, bailaban y se embriagaban sin modales y pudor alguno. Ella haría lo mismo, deseaba probar el licor que por tanto tiempo le habían prohibido, y que era bien conocido por ella que liberaba de sus penas a quien la tomara.

LUZ DE LIBERTAD (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora