Todo el día jueves se pasó sin novedad alguna, por lo menos para Candy y Terry porque ninguno de los dos se buscó ni se llamó. Pero alrededor de las ocho de la noche...
Charlie regresaba a casa después de un día de trabajo; y estacionaba su auto momentáneamente afuera en la calle, conforme presionaba el botón para que la puerta del garaje se abriera en su totalidad.
En lo que el auto avanzaba, una sombra, aprovechando tanto el reflejo de las luces encendidas del carro y la oscuridad del lugar, se coló sigilosamente para sorprender al habitante de aquella casa.
Pegando su cuerpo sobre la pared esperó a que el entrenador apagara el motor y saliera. En cambio, el cubano se tomó toda la calma del mundo en bajar de su vehículo, cerrar el garaje, apagar el estéreo, tomar con paciencia del asiento copiloto sus pertenencias y abrir finalmente la puerta del auto.
Para descender: primero sacó su pierna izquierda, y se enderezó para sacar la derecha quedando así de espaldas a su atacante el cual rápidamente aprovechó su posición para asestarle, con su mano derecha en forma de cunita, su primer impacto que fue directo al oído derecho de su objetivo para hacerle perder el equilibrio completamente.
Charlie, al sentir el inesperado golpe, se giró trastabillante para quedar de frente a su atacante quien le asestó un puñetazo, el cual se incrustó directo a la yugular para ahogarle el grito.
Después, al cubano le cayó el tercer golpe: un gancho al hígado con todo y a las costillas del lado izquierdo, haciendo que el agredido arqueara el cuerpo y girara su cabeza a la izquierda, dándole así oportunidad al agresor de asestarle un cuarto golpazo para fracturarle la mandíbula derecha.
Al rebotarle la cara, un quinto proyectil se estampó en la mandíbula izquierda; y para estar seguro de que las costillas le tronaran al cien por ciento, tomando la ventaja de que el pobre infeliz se estaba doblando en verdad adolorido y aturdido, el atacante inclinó su cuerpo y con toda su furia le remató con un sexto y lo injertó de nueva cuenta en las costillas ya lastimadas.
Todo hubo sido en cuestión de segundos que Charlie ni oportunidad tuvo de reaccionar ni de identificar a su agresor el cual ya se alejaba como si nada para abrir nuevamente la puerta del garaje y salir, pero antes...
— Espero que con este mensajito aprendas, que a las mujeres se les respeta y más cuando ya están comprometidas — dijo "la sombra" y desapareció.
Y sólo en caso de que el cubano quisiera levantar cargos con su "invisible" agresor, difícilmente lo conseguiría, primero: porque no hubo arma; segundo: tampoco sangre; y tercero: sin testigo ocular, así que, si idea tenía de quién lo había hecho, era su palabra contra la de él.
. . . . .
Increíblemente eran las once de la mañana del día viernes cuando Candy apenas se estaba despertando.
La noche anterior, entre la computadora, la televisión y escuchando música, se había ido a dormir casi de madrugada, además, de que se sentía deprimida por toda esa absurda situación, y mayormente porque Terry... no la buscó.
Ajá... ¿y cómo lo haría si no conectó la línea de teléfono y ni tampoco volvió a encender el celular desde el miércoles por la noche?
Bueno, pudo haberla buscado en el departamento, ¿o no? Sin embargo, Candy comprendió que aquél seguía molesto; y a pesar de todo, no lo culpó ya que ella se sentía responsable.
Pero lo que le preocupaba más a la rubia era que él con el temperamento que se cargaba, fuera a hacer algo que lo comprometiera y se viera perjudicado.
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Corazón Envenenado
FanfictionESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON DE MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO COMO SE ESTIPULA. EN CASO DE DUDA, PUEDEN CONSULTARME. Siendo niños nació la más bella de las amistades; se fortaleció a través de los años. Pero llegad...