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Sus corazones palpitaban a cada instante, que les era difícil el controlarse a sí mismos. Estaban entusiasmados por ver a su bebé, pero a la vez se preocupaban de que este reaccionara mal al verlos. No podían evitar sentir cierto miedo al saber en cómo podría verlos ahora su pequeño novio después del daño que le hicieron, pero en otra forma sabían que todo iba a mejorar ya que se amaban demasiado, y aún si alguno de ellos cometía hasta los peores errores en su relación podrían perdonarse y seguir amandose mutuamente. O eso querían creer los mayores.

Soltando un suspiro que ahora expresaba angustia, Tae abrió la puerta con suavidad y junto con Jimin se adentró a la sala, donde se encontraba su pequeño novio recostado en la camilla durmiendo tranquilamente, como si en realidad no hubiera pasado nada hace unas horas. Ambos se acercaron a su menor y solo lo miraron tristemente. Les dolía ver a su pequeño en aquel estado, y se odiaban a sí mismos por haberle tratado de aquella cruel manera. El menor no tuvo la culpa de nada, y ellos los sabían, pero sus malditos celos habían empeorado todo haciendo que terminarán lastimando a quien menos querían hacerle daño.

- D-daddy's... - un leve quejido casi inaudible se hizo presente en la sala alejando a ambos mayores de sus pensamientos, quienes observaron a su menor, quien se despertaba e intentaba levantarse con dificultad de aquella camilla, pero una mano lo detuvo. - No, mi amor, debes quedarte en reposo por ahora y no hacer esfuerzo alguno - Tae tomó con cuidado su pequeño cuerpo, con miedo de romper aquella preciada reliquia que tenía frente suyo, y lo recostó nuevamente en la camilla para luego acariciar su sedoso cabello.

- ¿Cómo te encuentras, amor? - Preguntó Jimin con una ligera sonrisa en su rostro, ocultando aquel llanto que guardaba luego de haber notado las suturas en el casi descubierto cuerpo de su bebé. Este último sólo hizo un pequeño puchero al verse a si mismo y luego miró a su Daddy, quien esperaba respuesta por parte de su menor. - No muy bien, Daddy, tengo mucho calor y... M-me duele mucho mi cuerpo - Esto último solo hizo que el corazón de ambos mayores se detuviera por un momento, sintiendo a la vez como su pecho les dolía al recordar en el daño que le habían ocasionado a su bebé. No lograban soportar la idea de saber que habían lastimado a quien más amaban y ahora realmente se odiaban ellos mismos. - Pero, se que es por mi culpa... - Las lágrimas de dolor se detuvieron al oír las palabras de su menor, quien los miraba de igual manera.

- No supe qué hacer en aquel momento.. No quería que él me besara ni mucho menos que me tocara, pero.. M-mi cuerpo no lograba reaccionar.. - El pequeño bajó la mirada hacia sus piecitos, que eran cubiertos por aquella manta térmica, no quería dirigirle la mirada a sus mayores, sentía miedo de sus posibles reacciones y que estos decidieran dejar de amarlo, pero debía afrontarse a sus errores, aún si eran los peores por los que podía pasar. - Siempre me he odiado por no lograr defenderme ante situaciones así... Soy débil y simplemente no puedo hacer algo por mi cuenta... Por ello, me odio tal como soy... P-pero, me odio aún más por haberles hecho sufrir y por hacer que se enamoraran de mi... - Sin poder evitarlo, varias lágrimas de tristeza salieron de los ojos del menor. En verdad se lamentaba por cómo era y por haber hecho que sus mayores sufrieran por él, sabía que había cometido un error, pero no podía hacer más que llorar sin remedio alguno.

Nuevamente la sala del hospital se mantuvo en un silencio bastante vulnerable, que podía ser fácilmente cortado con palabras de incredulidad por parte de los mayores diciéndole que no le creían y que no le seguirían amando como antes, según el menor. Sin embargo, todo lo que recibió fueron unas manos rodearle y acariciar su cabello con suavidad. Abrió sus llorosos ojitos luego de unos minutos y miró a ambos mayores, quienes le abrazaban y comenzaban a repartir suaves besos en su delicado cuerpo. En aquel momento entendió que no se necesitaban palabras para saber que sus Daddy's lo perdonaban y que a pesar de todo, le seguirían amando tal como era. Era su bebé y para ellos, nunca cambiará el hecho de amarlo, aún si habían obstáculos en su relación. Lo amaban y el pequeño los amaba también, solo con ello bastaba para hacerlos más que felices.

El menor solo sonrió poco después junto con los mayores comenzando a olvidar aquel dolor en su corazoncito, que poco a poco se convertía en aquella agradable sensación que le entregaban sus Daddy's que le hacían sentir amado, sobre todas las cosas.

~°VMinKook°~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora