Capítulo 6 - Ganar

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Después del percance de la fiesta tanto Raoul como Agoney han mantenido las distancias entre ellos, se reúnen en los entrenamientos y luego si te he visto no me acuerdo. Al final ha resultado ser la mejor solución, pues sin tantos pájaros en la cabeza y en el estómago, se han permitido centrarse más en jugar a baloncesto que en el juego que se traían hasta entonces los dos. Aún así se deben reconocer que se siguen poniendo algo nerviosos cuando el cuerpo de uno roza de más al del contrario, algo que no admitirán ni por asomo en voz alta pero que cada vez les cuesta más pasar por alto.

Con octubre llegaron los entrenamientos más duros y con ellos el primer partido de la temporada. Raoul puede asegurar que siente vértigo y todo subido en el banco del vestuario y con todas las miradas fijadas en él.

-Bueno, chicos, esto empieza ya -juega nervioso con sus dedos el capitán- sé que no tienen mucha fé en nosotros... y bueno incluso nosotros mismos no la tenemos muchas veces -ríe tímidamente- pero en la pretemporada hemos trabajado muy duro, todos -dice esto mirando directamente al canario- y por eso vamos a salir ahí fuera a callarle la boca a todos los que se han reído de nosotros por ser un equipo pequeño, por tener un escolta inexperto o simplemente por jugar en un equipo que fue incapaz de derrotar al rival más fácil en el campeonato local el año pasado.

Raoul baja de un salto del banco y se une al círculo que forman los integrantes del equipo cogiéndose por los hombros.

-Salgamos ahí para demostrar a todos que nada de lo que nos digan puede con nosotros y que este año vamos a arrasar con todo hasta hacernos con la copa del nacional, ¡¿sí?! -grita lo último el catalán

-Sí, capitán -afirman los otros cuatro chicos

-¡No os he oído! -insiste el rubio sin estar convencido con los ánimos del equipo

-¡Sí, capitán!

-¡Esa es! -celebra Raoul con una sonrisa sincera y encabezando al equipo al salir del vestuario

Las gradas del estadio están medio vacías, comprensible teniendo en cuenta que se trata de un partido entre dos equipos de instituto, pero a Raoul no le pasa por alto la fila que está abarrotada por varios chicos de su clase. Sería una estampa bonita si no fuera porque la mayoría de ellos han ido a lo que han ido.

-¡Ole esos perdedores! -grita uno de ellos haciendo reír a los demás- a ver si conseguís meter alguna canasta hoy

-Estos solo saben meterse la polla entre ellos... -sigue otro sin dejar de reír- ¡panda de maricones!

El rubio se toma su tiempo para respirar y tranquilizarse, pues responder de mala manera además de hacerle quedar como un maleducado, podría suponerle una falta técnica y empezaría el partido de forma nefasta. Agoney, por su parte, tiene otros planes.

-¡Bajen a jugar ustedes ya que son tan machitos! Que es muy fácil quedarse ahí sentado sin hacer ni el huevo y criticar a los demás

Y aunque inesperada, la respuesta de Agoney resulta mucho mas elegante de lo esperado. Una lástima que la conversación no vaya a quedarse ahí.

-Tú a callar que eres el más malo de todos -le responde uno de los más osados, pues no todos se atreven a plantarle cara al canario- seguro que se la has tenido que chupar a alguien para entrar

Agoney y Raoul comparten una mirada cómplice a la par que incómoda. Han dado donde duele y el mayor no piensa contenerse mucho más.

-Mira, gilipollas...

-Agoney, calma -le pide Raoul posando las manos en su pecho para frenarle

-¡No me calmo! ¿Tú sabes lo que insinuó? -pregunta indignado el canario

TIEMPO MUERTO (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora