Capítulo 45 - Gaman

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El corazón se le va a salir del pecho de lo rápido que palpita mientras se dirige hacia la pista. Por si fuera poco, los latidos se le detienen en seco con los pinchazos agudos que siente subirle desde la planta del pie hasta el tobillo a cada paso que da. Pero no puede permitirse esbozar ninguna mueca de dolor, pues lo último que quiere es que alguien se dé cuenta de lo que ocurre bajo sus deportivas. Por tanto, solo le queda hinchar el pecho y respirar.

Y si al final es cierto que se daña tanto el pie que no puede volver a jugar a baloncesto, Agoney se plantea la actuación como plan B al ver que Tony lo recibe con los brazos abiertos y sin percibir ni rastro del dolor que está sintiendo en estos momentos.

-Chaval, tremendo guarrazo te has metido antes -afirma el entrenador dándole un pequeño apretón en el hombro- ¿cómo estás?

-Bien, solo fue un cortecito de nada -miente el canario señalándose la venda de la cabeza- ya ni siquiera me sangra

-¿Puedo echarle un vistazo?

-Claro -asiente con total seguridad Agoney a sabiendas de que el mayor rasguño que puede encontrar Tony no se encuentra en la frente

El entrenador le quita momentáneamente la venda para examinarle la herida y, tras comprobar que está todo bien, vuelve a ponérsela. A continuación, somete al canario a un par de pruebas para evaluar sus reflejos, unas pruebas que el chico acaba superado sin ninguna dificultad.

-Vale, pues prepárate porque te necesitamos -sentencia el mayor señalando el marcador

Como un lince, Agoney dirige su mirada hacia el mismo viendo que a penas quedan dos minutos de la prórroga y van perdiendo por siete puntos.

"Joder" maldice para sus adentros antes de chocarle la mano a Hugo y sustituirle en el terreno de juego.

Pero no tiene mucho más tiempo para maldiciones cuando su tobillo se estremece al notar el impacto de un cuerpo algo más pequeñito que el suyo contra el propio.

-Te mato -lo amenaza Raoul abrazándose a su torso- como vuelvas a hacer algo así, te mato

-¿No se supone que como capitán deberías estar orgulloso de la salvada de balón? -replica el canario haciendo un puchero

-Sí, pero como novio casi me da un infarto al verte tirado en el suelo y con una brecha en la cabeza -contraataca el rubio

-Bueno, mi amor, en esta vida no se puede tener todo: o un buen jugador o un novio sano -bromea Agoney ganándose un manotazo por parte del contrario

-Lo digo en serio, lo he pasado mal -frunce el ceño el menor- gracias a dios no ha sido nada, pero podrías haberte hecho mucho daño

-Sí...

"Si tú supieras..." carraspea nervioso sintiéndose culpable al no ser del todo sincero con Raoul.

Sin tiempo para seguir charlando, los dos chicos van a sus posiciones para defender el ataque de los del Miguel Delibes, a quienes los nervios de estar disputando su primera prórroga en mucho tiempo no les está jugando muy buena pasada, y pierden el balón frente a un Ricky exhausto pero con determinación. El mallorquín no vacila en pasarle el balón a Raoul.

Viendo a Luis prácticamente solo en su posición, el rubio decide cederle la pelota. Sin querer alargar mucho más la jugada, el gallego lanza una canasta de tres que acaba estrellándose en el aro antes de salir disparada por los aires. Esta es la suya. Agoney salta con todas sus fuerzas imponiéndose al ala-pivot contrario -que debería estar cubriendo a Cepeda- y cogiendo el balón para después pasárselo a Roi y, esta vez sí, meter el triple.

TIEMPO MUERTO (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora