Capítulo 30 - Lluvia

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Hace unos días que Roi nota a Raoul demasiado raro. Está más apagado, más borde, más serio... menos Raoul. Y eso no le gusta un pelo. Sabe que no se tratan solo de imaginaciones suyas cuando el miércoles a falta de media hora para el recreo, ocurre lo inimaginable.

-Raoul, ¿podemos hablar? -pregunta Agoney más tímidamente de lo normal

¿Agoney reservado? Desde luego algo pasa.

-Claro -asiente con un semblante serio el catalán

-Bueno, ya sabes que mañana es el examen de literatura... y yo soy un desastre con los poemas, bueno, un desastre en general -suelta una risita nerviosa intentando hacer reír al contrario, algo que no ocurre. Agoney carraspea- me preguntaba si podríamos quedar esta tarde para estudiar

-No creo que sea buena idea -niega con la cabeza el rubio

-Venga, Raoul... dijiste que seguíamos siendo amigos a pesar del tiempo muerto -razona el canario descolocando por completo al gallego. ¿Qué cojones es eso del tiempo muerto?- los amigos se ayudan a estudiar

-Es verdad -asiente el rubio- por otra parte, dado nuestro historial, creo que es demasiado pronto para estar los dos solos en una misma habitación y pretender de verdad solo estudiar, lo siento, pídele ayuda a Alfred que es un as en esto

Agoney asiente con la cabeza y cabizbajo, a la par que dolido, regresa a su sitio junto al otro catalán. A la izquierda de Roi, Raoul agacha la cabeza para centrarse en el libro de matemáticas mientras cierra con fuerza sus ojos para retener las lágrimas dentro. Tiene que averiguar qué cojones ha pasado.

-¿Acabas de rechazar a Agoney?

-Sí

-¿Tú?

-Sí

-¿Rechazando a Agoney?

-Qué sí, hostia Roi, ¿tan difícil es de creer? -se sonroja el menor

-Sí -sentencia sin vacilar el de ojos verdes- pierdes literalmente el culo por él, durante todo el curso le has ido detrás para demandar un poco de caso por su parte, os enrollais y ahora que él te dice de quedar, le dices que no

-Estamos en tiempo muerto -informa Raoul, que ante la cara de incomprensión de su amigo, decide desarrollar un poco más su respuesta- le he dicho que nada de acostarse ni liarse mientras no asuma que al menos le gusto un poquito

-Pero es que es obvio que le gustas -entrecierra los ojos el gallego sin acabar de comprender la situación

-Gracias -suelta Raoul algo más aliviado al ver que alguien más lo ve, que no se lo inventa- a ver si el muy imbécil se da cuenta de una vez

-¿Lo sabías? Que le gustas, digo

-Todo el mundo lo sabe, menos él -se explica el rubio

-Entonces no entiendo el tiempo muerto -afirma Roi- si estás con él y sabes que le gustas, ¿dónde está el problema? Aunque no te lo diga sabes que esos sentimientos están ahí, ¿sabes?

-Pues que me he cansado de ser el juguetito sexual de un tío que no se atreve a sincerarse ni conmigo ni consigo mismo -razona Raoul

-Pero si le gustas, está claro que no eres solo un juguetito sexual -frunce el ceño el gallego- sigo sin entender tu punto

Raoul resopla algo cansado del tema pensando en cómo hacer entender al contrario sus sentimientos.

-Crislo

-¿Qué?

-Ella te gusta y tú le gustas, ¿no? -pregunta el rubio

-Eso quiero creer -ríe el gallego- es decir, llevamos un año y medio juntos

TIEMPO MUERTO (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora